Ciudad Obregón, Sonora. - Ante el cierre de los restaurantes, comercios, plantas laborales, eventos sociales, entre otros, el sector agropecuario sufre los estragos secundarios, pues la adquisición de alimentos ha caído drásticamente, provocando un panorama oscuro para los productores que se dedican a la actividad, informó Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Actualmente Sonora está en la etapa final de cosechas de trigo y de una amplia variedad de hortalizas, así como en la temporada de exportación de cerdo y ganado, sin embargo, los productores se han encontrado con esta problemática y prácticamente no tienen a quien vender su producto.
Ante esta situación, Antonio Gándara, presidente de la Asociación de Productores de Hortalizas del Yaqui y Mayo (Aphym), mencionó que la demanda de productos de consumo tardará de 1 a 2 años para llegar a como se estaba antes de la pandemia, al menos que un tratamiento 100 por ciento exitoso para el COVID-19 salga al mercado, o bien una vacuna efectiva sin efectos secundarios.
La estrategia para reactivar la economía debe de ir de la mano de las normas de inocuidad y protección ante la nueva realidad COVID-19”.
De igual manera, Jorge Guzmán, secretario de Agricultura en Sonora, argumentó que, sin duda, el cierre de los restaurantes, hoteles, así como el sector turismo provocó que la venta de alimentos por parte de los agricultores locales viniera a la baja, ya que estas son las principales actividades que demandan productos alimenticios.
A pesar de esto es una buena decisión, pues quedarse en casa está ayudando a reducir los contagios de COVID-19. El sector agropecuario al ser considerado como esencial no tendrá tanto daño como otras actividades que pararon", comentó.