Los Reyes Magos no son 3, sino 4: Artabán quien no alcanzó a llegar al nacimiento
Los Reyes Magos no son tres, sino cuatro pues Artabán es quien no alcanzó a llegar al nacimiento de Belén por cumplir con su bondadosa alma, siendo esta quien lo llevó a conocer su muerte
Ciudad de México.- Con la próxima llegada del DÃa de Reyes, salió a la luz la historia de Artabán, el cuarto que no alcanzó a llegar al nacimiento de Jesús por perderse en el camino, pero que en su búsqueda para llegar al destino realizó grandes actos de bondad.
Tal y como lo hicieron, Melchor, Gaspar y Baltazar, que ofrendaron incienso, oro y mirra, Artabán también llevaba una gran cantidad de piedras (rubÃ, jade y diamante) para ofrecerlas al niño Jesús, pero es el cuarto Rey Mago quien nunca imaginó no llegar a Belén, pues no contaba que en su camino encontrarÃa a un anciano enfermo, cansado y sin dinero que necesitaba de cuidados.
Con la gran alma que este tenÃa, no tardó en ofrecer su ayuda, retrasando asà su llegada pues cuando apareció en su destino el niño ya habÃa nacido y sus padres habÃan huido rumbo a Egipto para escapar de la matanza que habÃa ordenado Herodes, pero aún asà decidió seguir hasta encontrarlos, siendo detenido por el ejército romano que lo llevaron a treinta años de prisión.
Y aún con tas trabas, tras varÃas décadas Artabán continuaba con su misión de brindar sus regalos, justo ya cansado llegó al monte Gólgota donde crucificarÃan al MesÃas que habÃa sido enviado para salval al mundo, este rey inmediatamente comprendió que era aquel niño por lo que decidió entregar las piedras que le quedaban por su liberación y salvarlo de la crucifixión.
Pero fueron tantos los limitantes que no le fue posible, asà que al ver que una mujeres era llevada a donde serÃa vendida como esclava para liquidar la deuda de su padre, entregó su último rubà por la libertad de la mujer, por lo que triste y con su sentimiento de frasaco se colocó junto a una casa donde al realizarse la crucifixión, la tierra tembló logrando que una pesada teja golpeara su cabeza para dejarlo moribundo.
Agonizando miró al cielo y ofreció disculpas por no cumplir con su misión, sin embargo, antes de morir, una voz celestial le dijo: "Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mÃ, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos", obteniendo asà la redención y muriendo en paz en ese momento en los brazos de la joven que acababa de salvar.
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