París, Francia.- El revés de Novak Djokovic rozó la red y cayó afuera, así que meneó la cabeza. Eso fue todo.
Rato después, una sutil dejada en corto pegó la cinta blanca y la pelota cayó en su lado, finalmente cediendo un juego en un dominante estreno en el Abierto de Francia 2020. Djokovic bajó la cabeza y regresó a la línea de fondo.
El astro serbio regresó a un Grand Slam y su entrada a escena en Roland Garros no pudo ser más apacible.
A la caza de un segundo trofeo en la arcilla arcilla de París y el 18vo trofeo en un Slam, Djokovic aplastó el martes 6-0, 6-2, 6-3 al sueco Mikael Ymer.
Fue un trámite desigual al jugar con el techo cerrado en la cancha Philippe Chatrier. El primer set apenas tomó 20 minutos y Djokovic quebró nueve veces el servicio del número 80 del ránking.
Me sentí muy sofocado en la pista. Todo iba a una esquina, casi no falló”, dijo Ymer. “Su posicionamiento en la cancha es asombroso”.
A comienzos de mes en Nueva York, Djokovic tuvo una despedida abrupta del Abierto de Estados Unidos, descalificado de su partido de octavos de final por propinarle un pelotazo accidental a una jueza de línea al irritarse tras perder un juego.