Reino Unido.- Ante la crisis por Covid-19, la Reina Isabel II en su anual discurso de Navidad ha tomado un camino diferente en sus palabras tratando de dar un aliento y consuelo a su pueblo ante la difícil situación, conmoviendo a millones con sus bellas palabras en las que asegura que piensa en todos y los tiene en sus oraciones.
Isabel II como cada año se vistió de gala y mirando hacia la cámara les deseo a todos una feliz Navidad y Año Nuevo, tomándose unos breves momentos para expresar que entiende el dolor a los seres amados y extrañar a amigos y familiares ya que las restricciones lo prohíben, pero afirmó que se debía resistir por el bienestar y la seguridad de todos.
Algunos lamentan la perdida de sus seres queridos, otros echan de menos a amigos y a familiares que están lejos por seguridad, cuando lo que realmente querrían por Navidad es un simple abrazo o que le tomen la mano. Si estás entre ellos, no estás solo, permíteme asegurarte que estás en mis pensamientos y oraciones", ha dicho la reina.
Su Majestad la reina, agradeció a los "buenos samaritanos" por sus acciones valientes y sus arduo esfuerzo para que el virus sea frenado en la mayor medida posible, asegurando que gracias a ellos es que hay una luz para "iluminarnos", recalcando que "la luz trae esperanza" y esa nunca debe de perderse.
La abuela del Príncipe William dio su discurso desde el Castillo de Windsor, algo atípico ya que suele grabarlo en el Palacio de Buckingham y para estas fechas se encuentra en Sandringham con toda su familia, mientras usa un precioso vestido morado de Angela Kelly, combinándolo con un collar de perlas y un precioso broche que perteneció a su madre y fue diseñado por Lord Courtauld-Thomson en 1919.
Algo que llamó mucho la atención fue la romántica foto de ella y su marido, el Príncipe Felipe de Edimburgo, que estuvo a su lado en todo momento, sin los retratos de sus nietos e hijos que suelen acompañarla.