San Salvador, El Salvador.- Antes de la llegada del Covid-19, Henry Mejía no solo ganaba muy bien dando shows privados en bodas, restaurantes y fiestas, sino que llegó a compartir escenario con artistas de la talla de Juan Gabriel, Alejandro Sanz, Ricardo Arjona, entre otros, sin embargo, cuando los conciertos pararon en el mundo, la economía del salvadoreño se fue a pique.
De un momento a otro, aquello que tanto disfrutaba y que le daba buenas divisas se terminó, por lo que su economía se colapsó y a Mejía no le quedó más opción que buscar la vida en otro rubro por lo que sacó un carrito de hot-dogs que tenía guardado y comenzó a sobrevivir.
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Todos sus ingresos relacionados con la música se cerraron al unísono y, además de tener que apoyarse en el mayor de sus hijos, tuvo que aceptar ayudas estatales diseñadas para estratos sociales menos privilegiados, como los 300 dólares que el Gobierno repartió en abril, o incluso los paquetes con alimentos de la canasta básica.
Sin ser economista, sabe que el ambiente sigue enrarecido para vivir de la música y no dejará de vender hot-dogs a 1.25 de dólar en San Salvador y alrededores.
Este emprendimiento llegó para quedarse", dice con un dejo de orgullo.
Con información de RT