Ciudad Obregón, Sonora.- La trágica muerte de Valentín Elizalde no se limitó a su propio final, sino que la sombra de la violencia también alcanzó a las personas que alguna vez amó, como si de una maldición se tratara. Poco después de lanzar su icónica canción A mis Enemigos, el cantante fue asesinado a balazos al salir de una presentación en Reynosa, Tamaulipas, uno hecho que cumplió 18 años este 25 de noviembre.
Sin embargo, la tragedia no terminó ahí, pues 10 años después, Blanca Vianey Durán Brambila, quien fue pareja sentimental del cantante y madre de una de sus hijas, sufrió un destino similar. Blanca fue privada de la vida a plena luz del día en el Centro de Ciudad Obregón, Sonora. Según los testimonios, ese 20 de junio de 2016, alrededor de las 11:00 horas, la mujer de unos 40 años de edad, se encontraba acompañada de su hija.
En ese momento, un hombre armado con una pistola se acercó a ella y le disparó dos veces directo en la cabeza. Su cuerpo quedó tendido en medio de la calle Chihuahua, entre Guerrero y No Reelección, frente a una panadería. El ataque armado ocurrió frente a su hija de solo 11 años, Valeria Elizalde, quien, aunque resultó ilesa, fue testigo directo del brutal asesinato de su madre, quedando huérfana a su corta edad.
Paramédicos de la Cruz Roja llegaron al lugar y trasladaron a Blanca al Hospital General de Ciudad Obregón, donde finalmente fue declarada muerta. Hasta la fecha, el caso sigue sin resolverse y el responsable del homicidio de Blanca Vianey nunca fue localizado, sumándose a la serie hechos trágicos que rodean la vida y la muerte del Gallo de Oro.
A lo largo de los años, han surgido versiones que señalan que el cantante sonorense fue asesinado debido a que, en su último concierto, interpretó el tema A Mis Enemigos, que supuestamente hacía referencia a Joaquín 'El Chapo' Guzmán, lo cual habría incomodado al crimen organizado de Tamaulipas. En la agresión armada al vehículo también fallecieron el mánager y el chofer de Valentín Elizalde, logrando sobrevivir su primo, Tano Elizalde.
Fuente: Tribuna