Ciudad de México.- En un momento en que la música suele privilegiar lo superficial, José Madero demuestra que aún hay espacio para la introspección y la autenticidad. El exvocalista de Pxndx sigue forjando una carrera solista cargada de sensibilidad lírica y profundidad emocional. Su más reciente lanzamiento incluye dos piezas: Zero y Mentón Abajo, canciones que no solo consolidan su propuesta artística, sino que también reafirman su lugar como una de las voces más resonantes de la escena alternativa en español.
Lejos de seguir fórmulas predecibles, Madero opta por mostrar sus emociones a través de su música. Zero, por ejemplo, es una canción que ha vivido durante meses en la memoria de sus seguidores. Aunque ya había sido interpretada en diversos conciertos desde 2023, es apenas ahora cuando ve la luz en su versión de estudio. La espera ha valido la pena, pues el tema de José es una pieza íntima, melancólica y profundamente desgarradora.
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Con una introducción construida sobre notas suaves de piano eléctrico, la canción se transforma lentamente en una tormenta emocional. La voz de Pepe guía la narrativa con su característico tono contenido y al mismo tiempo explosivo. A este despliegue vocal se suma la participación de Zaira Jabnell, corista habitual en los shows en vivo, cuya interpretación no solo complementa, sino que eleva la carga emocional del tema.
La frase "mi alimento solo es tinta y papel, en todo espejo se refleja tu ser" resume perfectamente la esencia de la canción: el arte como único refugio en medio del abandono. El video oficial de Zero también merece mención. Grabado durante el arranque de 'Sarajevo La Gira' en Cuernavaca, Morelos, el registro en vivo logra capturar esa conexión única entre los artistas y su público. No se puede dejar de lado la buena química que hay entre José y Zaira.
Por su parte, Mentón Abajo es una canción inédita que retoma la vena introspectiva de José, pero con una energía más contenida y estructurada. Con tintes de power ballad, esta pieza se erige como un himno melancólico, lleno de rabia y resignación. La letra, como ya es costumbre en el cantautor regio, está plagada de imágenes que apelan a lo universal desde lo personal. La montaña rusa de emociones que plantea hace que cada oyente encuentre su propio reflejo.
Este lanzamiento no solo representa un nuevo paso en su evolución como artista, sino también una reafirmación de su capacidad para conectar con diversas generaciones. José Madero no canta para las masas, sino para las almas que buscan un espejo en la música. Con Zero y Mentón abajo, su voz se convierte, una vez más, en la guía para quienes transitan los claroscuros del amor, la pérdida y la reconstrucción personal.
Fuente: Tribuna