Ciudad de México.- La hipertensión, o presión arterial alta, es un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a más de 1,280 millones de adultos, y gran parte de ellos no lo saben. Controlarla no solo requiere de medicamentos y ejercicio, sino también una alimentación adecuada. Aunque puede pasar desapercibida durante años, esta condición aumenta el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular y daño renal, uno de los factores más importantes para controlarla es la alimentación.
Embutidos: están relacionado con la retención de líquidos, lo que eleva la presión arterial. Por eso se deben evitar los embutidos, sopas enlatadas, alimentos congelados, snacks salados, pan industrial y condimentos procesados cómo la salsa de soja, el ketchup y los cubitos de caldo.
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Las carnes procesadas: Los embutidos, tocino y salchichas no sólo son altos en sodio, sino también en grasas saturadas, que dañan las arterias. Prefiere carnes magras y pescado.
Alimentos fritos y comida rápida: Estos alimentos son ricos en grasas trans, que pueden elevar la presión y aumentar el riesgo cardiovascular. Elige métodos de cocción más saludable cómo al horno, al vapor o a la parrilla.
Dulces y bebidas azucaradas: El exceso de azúcar está vinculado al sobrepeso y a la resistencia a la insulina, factores que agravan la hipertensión. Limita el consumo de refrescos, jugos industriales y postres.
Alcohol en exceso: Beber en grandes cantidades, puede elevar la presión arterial. Modera su consumo, no más de una copa diaria para mujeres, y dos para hombre.
La comida chatarra, rica en grasas, contribuye al desarrollo de problemas circulatorios, entre ellos las varices, afectando la salud vascular. Pero no todo son prohibiciones, también hay muchos alimentos que ayudan a controlar la presión. Entre ellos están las frutas y verduras frescas, en especial aquellas que son ricas en potasio cómo el plátano, la espinaca, el tomate, y la remolacha.
El pescado cómo las sardinas o el salmón, aportan ácidos grasos omega-3, que son una fuente beneficial para el corazón. Adaptar una dieta balanceada, leer etiquetas nutricionales y evitar los productos ultra procesados, son pequeños cambios en tu alimentación que pueden marcar una gran diferencia en tu salud a largo plazo.
Fuente: Tribuna