Ciudad de México.- La celebración del día del padre que para muchos hombres es motivo de orgullo y festejo, para otros es un día más de lucha y búsqueda de sus hijos desaparecidos, aunque es menos visible que el movimiento de las madres buscadoras su presencia también mantiene viva la esperanza de poder encontrar los restos de quienes un día como cualquier otro desaparecieron sin dejar rastro de su paradero.
Con picos y palas se arman para salir en a encontrar fosas clandestinas, buscar en los archivos de la fiscalía donde se lleva el registro de las personas desaparecidas y exigir justicia a las autoridades, como es el caso de Bernardo Arreola, quien desde el pasado 21 de mayo de 2023 busca a su hijo Diego Iván Arreola Pérez desparecido en la colonia Las Águilas en la alcaldía Álvaro Obregón, desde entonces su familia ha emprendido búsquedas en barrancas y autopistas en la Ciudad de México para seguir su rastro pero les ha sido difícil sin el apoyo necesario.
Te podría interesar
“Yo qué más quisiera que encontrar a mi hijo. Vender todo lo que tengo con tal de localizarlo, saber dónde está, pero desgraciadamente no hemos tenido noticias ni información, extorsiones como siempre, pero hasta ahí. Sólo le pido a Dios que me dé la oportunidad de volverlo a ver”, dice Bernardo Arreola. “Siempre andamos en todas las búsquedas, ahorita pedí permiso para venir acá. En mi trabajo me dicen que le eche ganas, pero a los patrones lo que les interesa es su dinero. Me pueden dar dos o tres días a lo mucho. No me pueden prolongar más días, trato de no faltar para no tener problemas”.
Por dos años la angustia ha invadido a la familia Arreola Pérez y cada que pasa el tiempo las posibilidades de encontrar a Diego con vida disminuyen, pues el gobierno de la alcaldía y de la Ciudad de México se han negado a revisar cámaras del último lugar donde estuvo el joven.
“Detrás de la gasolinería de la colonia Las Águilas lo levantaron, a él con otro amigo y se lo llevaron, y hasta la fecha nomás no sabemos nada. Lo trajeron hacia el rumbo de la autopista poniente que va rumbo a Santa Fe. Toda esa zona agarró, pero dicen las autoridades que la cámara de ahí no sirve, perdieron su rastro. Nos dio coraje porque hay muchas salidas a Toluca, San Mateo, a Santa Lucía, en las salidas hay cámaras y no las revisan”, lamenta.
De acuerdo con información de El Universal, don Bernardo fue gasolinero por tres décadas y enseñó su oficio a su hijo desde los 12 años. Así, Diego conoció el mundo de las gasolinerías, se convirtió en un joven trabajador y amable, cuya localización es desconocida desde que tiene 21 años.
La última llamada que recibió con información del paradero de su hijo era extorsión, pues aseguraron que Diego estaba en Nueva Italia, Michoacán, aunque no era así, depositaron dinero y le enviaron fotografías editadas del joven, ahí supieron que era mentira. Denunciaron los hechos a la fiscalía y hasta ahora no hay respuesta del joven ni del dinero.
Otro de ellos es el señor José Luis Castillo quien es conocido a nivel nacional e internacional por siempre estar presente en las marchas de desaparecidos y su activismo, recientemente le otorgaron el Doctorado Honoris Causa, por la Escuela de Estudios Superiores de Chihuahua, su hija Esmeralda Castillo, desapareció el 19 de mayo de 2009 en Ciudad Juárez, Chihuahua con tan solo 14 años de edad cuando se dirigía a la escuela y el se encontraba enfermo, la joven le pidió a su padre no ir a la escuela para estar con él, pero José Luis le insistió que se fuera a tomar clases, el señor nunca más volvió a verla.
El señor José Luis no pierde la esperanza de encontrar a Esmeralda, no importa en qué condiciones regrese, solo quiere volver a verla. Sin embargo, su familia sigue buscando a su hija en las condiciones que se encuentre. “Yo a mi Esmeralda la vuelvo a ver, ya sea en este mundo o en el otro”.
Gerardo es uno de los padres más representativos del Colectivo Hasta Encontrarles en CDMX, entidad donde cada vez son más frecuentes las jornadas de búsqueda. El señor Gerardo Miguel ha hecho en estás búsquedas comunidad y familia con los otros miembros del colectivo, porque sabe que las autoridades en muchas ocasiones pueden ser omisas.
“Las familias que buscamos queremos salir sin autoridades, queremos que se note la acción de las familias al buscar. Hay muchas omisiones, hay muchas faltas, muchas inacciones y eso nos da para pensar que el gobierno en algunas ocasiones solamente hace búsquedas por hacerlas”.
Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, desapareció el 29 de noviembre de 2019 junto a sus compañeros Jesús Armando Reyes Escobar y Leonel Baez Martínez, tres jóvenes que trabajaban en el Sanborns ubicado en Lindavista, Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.
Héctor Flores es cofundador y secretario general del colectivo Luz Esperanza Desaparecidos Jalisco, desde hace cuatro años busca a su hijo Héctor Daniel Flores Hernández, es uno de los padres que más sabe sobre el tema de desapariciones y búsquedas en la entidad; después del hallazgo de Rancho Izaguirre, el país entero y la comunidad internacional voltearon a ver al estado para presenciar una realidad que ellos viven a diario.
“Busco desde hace casi cuatro años a mi hijo Héctor Daniel Flores Hernández, él rentaba un cuarto en la zona de la Minerva (Guadalajara) con su pareja embarazada. Hubo un operativo ilegal de la Fiscalía de Jalisco en conjunto con el crimen organizado, ahí se llevaron a mi hijo con otras tres personas”.
Don José es un señor de 70 años quien busca a Josefina Avellaneda Díaz, su sobrina de crianza que desapareció el 25 de octubre de 2016 en la alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México a los 36 años de edad, es miembro del Colectivo Una luz en el camino, referente en las búsquedas en la capital del país. Pese a que se podría pensar que en la CDMX las búsquedas son más “seguras”, la realidad es que, las autoridades no siempre están presentes y los trámites son muy burocráticos para realizarlas.
Esto lo sabe bien Don José, que fue hasta que se unió al colectivo que lo comenzaron a escuchar. “Josefina se emocionaba cuando íbamos a Chapultepec, le gustaba oír chistes de los payasos”.
Fuente: Tribuna