Texas, Estados Unidos.- En el pueblo fronterizo del Ébano, al sur de McAllen, Texas, se levanta un muro de al menos cinco metros a lo largo de más de 11 kilómetros que no mandó construir el presidente Donald Trump.
Se trata de una barrera que se erige con la donación de 25 millones de dólares que 500 mil estadounidenses han recaudado para la organización We Build the Wall Incorporated.
El muro se ubica a lo largo del Río Bravo en la propiedad de George Cudahy, un veterano de guerra que donó sus 75 acres a las orillas del río para que el muro se levante.
Vecinos acusan a Cudahy de permitir la construcción del muro sin tener estudios de terreno ni de impacto ambiental.
José Alfredo Cavazos, de 72 años, vecino de Cudahy y propietario de 70 acres vecinos al terreno donde se levanta el muro, lamentó que el gobierno federal lo ha presionado a él y a vecinos.
Esto para que den continuidad al proyecto del muro construido por los residentes. Así lo explicó:
Este señor compró ahí porque yo digo que es un hombre que odia a la raza y ahí lo ves, duerme ahora más a gusto porque cree que con eso ya. Nos quieren quitar parte para poner un camino para checar la pared que quieren poner en la orilla del río".
Por su parte, Reynaldo Cavazos, primo hermano de José Alfredo y también veterano de guerra añadió:
En nuestra familia podemos decir que nosotros no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros porque hemos estado aquí desde antes que hubiera Estados Unidos en 1770".