Indiana, Estados Unidos.- En Indiana había una madre desaparecida y la Policía estaba tratando desesperadamente de reunirla con sus tres hijos, pero uno de los menores ayudó a resolver el trágico crimen.
Era agosto de 2020, Rebecca Hoover, de 38 años, no había sido vista en unos días y su familia estaba cada vez más preocupada. El matrimonio de Rebecca con su esposo, Judson Hoover, había llegado a un punto crítico
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Cuatro meses antes, el 17 de abril, el hijo de Rebecca, de ocho años, fue con un vecino en busca de ayuda después de que Judson la atacara. Judson fue arrestado por abuso doméstico en presencia de un niño y estrangulamiento.
El 4 de agosto, la madre de Rebecca fue a la Policía y dijo que su hija había desaparecido. La habían visto por última vez el 2 de agosto y desde entonces no había señales de ella. Judson había solicitado el divorcio rápidamente e incluso le había pedido a un juez que le concediera la custodia de los hijos de la pareja.
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El 27 de agosto, la escuela a la que asistía el hijo de ocho años de la pareja se puso en contacto con las autoridades. El joven había hablado con el consejero de la escuela y reveló que había visto a su padre matar a su madre. El hijo de Rebecca dijo que había visto a su padre pisotear violentamente a su madre con un par de botas más de 20 veces en el sótano de su casa.
Pero cuando los investigadores fueron a la unidad, no había señales de un barril, ni de Rebecca, aunque los detectives notaron que había un fuerte olor a cuerpo en descomposición en la escena. Admitió que había alquilado otra unidad de almacenamiento en Louisville, Kentucky. La policía registró la segunda unidad el 31 de agosto.
Encontraron los restos en descomposición de Rebecca escondidos dentro de un tambor de 55 galones. Una autopsia corroboró la historia contada por el hijo de Rebecca. Mostraba que su madre había muerto por un traumatismo contundente en la cabeza y el abdomen.
Fuente: The Sun