Christchurch, Nueva Zelanda.- El 6 de septiembre del 2020, Tristan Ross Locke, de 31 años, le arrebató la vida a su vecino, Mark Graham Cowling, de 44, en Christchurch, Nueva Zelanda, porque presuntamente tenía el volumen de su música muy alto y eso lo había desesperado.
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De acuerdo con información del Tribunal Superior de Christchurc, Tristan le había llamado la atención a su vecino previamente para que controlara el volumen de su música, sin embargo lo ignoró, por lo que le cortó la electricidad a su apartamento al menos dos veces, pero rápidamente la música volvía a sonar.
Finalmente, Tristan tomó un cuchillo y fue a tocar la puerta de Cowling, una vez que el hombre abrió fue atacado por el imputado, el cual lo apuñaló hasta que terminó con su vida.
Derivado de estos hechos, Tristan fue juzgado por las autoridades, quienes lo condenaron a cadena perpetua, pero puede apelar a pasar 10 años en libertad condicional.
Por su parte, el padre de Mark declaró que la el ataque a su hijo fue a "sangre fría" y que se trata de un asunto desgarrador y repugnante que ha tenido que soportar. Algunos informes indican que comenzó a tener una profunda depresión después del fallecimiento de su hijo.
Fuentes: NZHerald