Argentina.- Una jueza argentina, identificada como Mariel Suárez, se encuentra en el ojo del huracán tras la filtración de un video en el que se le ve besando a un recluso en su oficina. Este prisionero, considerado de alto peligro, está encarcelado por el brutal asesinato de su propio hijo de 9 meses y por la posterior muerte de un policía que intentaba detenerlo por este crimen. El escandaloso gesto de la jueza ha generado fuertes críticas y ha llevado a su despido debido a un supuesto mal desempeño.
Las imágenes, compartidas en la cuenta de X @mauroszeta, han causado revuelo en Argentina. En el video, la jueza Suárez parece estar besando al recluso, quien se encuentra en el suelo mientras ella está sentada en una silla. El carácter polémico del encuentro se agrava debido a la naturaleza de los crímenes por los cuales el hombre está detenido: el asesinato de su hijo de 9 meses y del policía Leandro Roberts.
La jueza, al ser confrontada en una entrevista televisiva, defendió su acción argumentando que simplemente se acercaron para hablar al oído, dado que estaban siendo vigilados por cámaras y no podían conversar libremente. Sin embargo, tanto los conductores del programa como la audiencia cuestionaron la ética de la jueza al mostrar apoyo de esta manera al hombre condenado por crímenes tan graves.
El recluso en cuestión enfrenta cargos por el asesinato de su propio hijo, un acto de crueldad que conmocionó a la sociedad argentina. Posteriormente, cuando un policía intentó detenerlo por este devastador crimen, el criminal optó por arrebatarle la vida al oficial. Estos hechos ocurrieron el 8 de marzo de 2009 y resultaron en la condena del hombre, quien ahora cumple su sentencia.
La divulgación del video ha provocado una respuesta inmediata. La jueza Mariel Suárez fue despedida debido a lo que se considera un mal desempeño en su cargo. La comunidad y los medios de comunicación han expresado su indignación, destacando que este tipo de comportamiento por parte de un servidor público, especialmente hacia un convicto, socava la confianza en el sistema judicial.
A pesar de las críticas, la magistrada Suárez sostiene que el proceso legal contra el recluso no fue claro y que, debido a la presencia de cámaras, la interacción se limitó a hablar al oído. Esta defensa, sin embargo, no ha convencido a muchos, ya que la ética de la situación y la naturaleza de los crímenes cometidos por el convicto han generado una fuerte reacción en contra de la jueza.
Fuente: Tribuna