El Vaticano, Roma.- Todo corre con normalidad en Roma durante estos días de cenas, reuniones de café y encuentros privados, mientras los cardenales que están en la ciudad del Vaticano para seleccionar al sucesor del papa Francisco, evalúan quién entre ellos tiene lo necesario para convertirse en el siguiente pontífice.
Con base a la información que circula en diversos medios de comunicación, fue en este periodo de reuniones previas al cónclave en marzo de 2013 cuando el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, el arzobispo retirado de Westminster, y otros europeos con mentalidad reformista comenzaron a impulsar la candidatura de un jesuita argentino llamado Jorge Mario Bergoglio.
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Además, el cardenal Vincent Nichols heredó el cargo de arzobispo de Westminster que ejerció Murphy-O’Connor, sin embargo, no está asumiendo el papel de principal cabildero papal en estos días de sondeo entre los cardenales para tratar de identificar quién ente ellos debería ser el próximo papa.
Tenemos estilos bastante diferentes. Al cardenal Cormac le encantaría estar en el centro de la fiesta. Yo soy un poco más reservado que eso, y un poco más introvertido”, comentó Nichols el pasado viernes, en una entrevista en el Venerable Colegio Inglés, el histórico seminario británico en el centro de Roma donde Nichols estudió en la década de 1960.
Vincent Nichols, de 79 años de edad, proporcionó una visión interna de lo que está sucediendo entre sus compañeros cardenales electores, entre comidas en las que disfrutan la famosa carbonara de Roma mientras se conocen entre sí. Todos acudieron a la capital italiana para despedirse del papa y ahora se reúnen informalmente antes de que comience el cónclave el próximo 7 de mayo del 2025.
Cabe señalar que, Nichols está pasando estos días escuchando ante de que él y sus compañeros cardenales sean aislados, pues la rutina exige que se reúnan cada mañana en un auditorio del Vaticano para conversar sobre las necesidades de la iglesia católica y el tipo de personas que puede liderar.
Dichas reuniones están abiertas a todos los cardenales, incluyendo aquellos mayores de 80 años de edad, mientras que el cónclave en la Capilla Sixtina está limitado a cardenales que aún no han alcanzado los 80; con la excepción de una misa por la tarde, el resto del día es libre.
Fuente: Tribuna