Antes como antes y ahora… Como antes

De Primera Mano

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Escrito en OPINIÓN el

Ayer, en entrevista para Televisa, José Antonio Ferrer apareció con su ‘caló’ caribeño y se anunció como titular del Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar (Insabi). Hizo dos anuncios espectaculares. Uno de ellos fue una denuncia: Los particulares están escondiendo lotes de medicinas y a pesar de ello, el Gobierno de México busca “en todo el mundo” los medicamentos para todas aquellas personas que no tienen ningún tipo de seguridad en la atención médica.

El otro anuncio fue que el Seguro Popular contaba con recursos hasta por 70 mil millones de pesos, pero al desaparecer y ser sustituido por este Insabi, el presidente decidió aumentar su presupuesto en 20 mil millones de pesos.

Por ello es que “medicamentos hay para las 32 entidades del país”, reiteró este funcionario y tanto la atención médica como las medicinas no deberán tener ningún costo para el paciente y su familia.

Estas declaraciones en el pináculo del poder. Abajo, donde deambulan millones de personas sin medicamentos ni dinero para pagar los servicios médicos e intervenciones quirúrgicas, están pensando en tomar hospitales ante fallas, para todos ellos, inexplicables.

Y el bosque burocrático, infaltable. Se está exigiendo a todos los que deseen tener el beneficio del Insabi tres cartas. Cada una de ellas deberá acreditar que quien requiera servicio médico no tiene servicio en el IMSS, otra que no tiene servicio en una institución del Gobierno del Estado y otra más, donde se acredite su atención al desaparecido Seguro Popular.

Antes como antes y ahora como antes. El PRI nos tenía impuestos a que no había seguimiento sexenal a los programas porque los nuevos protagonistas en el poder rebautizaban y reinauguraban en nuevas versiones lo ofrecido por sus antecesores.

Estamos viviendo un fenómeno similar. Y en cuanto al combate a la corrupción de esta ‘Cuarta Transformación’ tampoco hay novedades. En 1982, cuando inició el sexenio del presidente priísta Miguel de la Madrid, su promesa de campaña, ‘Renovación moral de la sociedad’, se reflejó en la creación de la Contraloría General de la Federación, que ventilaría públicamente la actuación de todos los funcionarios públicos.

El primer titular de lo que ahora es la Secretaría de la Función Pública, en aquel 1982 –Francisco Rojas Gutiérrez-, lanzó una declaración que dejó temblando a todo servidor público: “La incapacidad de los funcionarios también es corrupción”.

Han transcurrido 38 años de aquello.

Y todo no sigue exactamente igual.

Está peor.

Pero en las entidades federativas los presupuestos federales se redujeron y hasta se dice que desde Gobernación instruyeron a los diputados de Morena en los congresos estatales a aprobar mayores endeudamientos de sus gobernadores, lo que significa que ‘el bote’ desde Palacio Nacional lo patearon a los Estados… Y los alcaldes sufriendo la gota gorda porque, siempre con la mano extendida, han tenido que acudir necesariamente al apoyo Estatal o Federal para cumplirle a su gente con agua potable, pavimentación, drenaje y otras obras municipales… Pero quien sí tiene las alforjas llenas es el presidente… Él puede disponer de todo ese dinero que le quitó a las entidades y a los municipios, buscando invertirlo en las personas buscando clientes políticos que no le escatimen el apoyo en el momento de votar por quienes deban continuar en el poder… Esta es la realidad… ¿Cómo negarla?

El senador Arturo Bours Griffith tomó las llaves de su camioneta y enfiló rumbo a Bavispe, al lugar de la tragedia del pasado 4 de noviembre donde delincuentes masacraron a nueve integrantes de las familias LeBarón, Langford y Miller (entre ellos cinco niños y un bebé), tratando de entrar en contacto con quienes son fuente de nota segura en este momento… Este legislador de Morena convencido de que será el candidato de ese partido a la gubernatura, se hizo acompañar de la diputada Lorena Valles Sampedro y finalmente saludó a Julián LeBarón en un encuentro casual, donde solo deberían haber estado representantes de los medios de comunicación… La lucha por hacer realidad la ambición no tiene medida, sobre todo en mentes que carecen de alcances para comprender la realidad que se vive en México y en Sonora.