Ni hablar: el alcalde de Cajeme no tiene remedio: ahora quiere imitar al jefe mayor de la 4T

Rumbos

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Escrito en OPINIÓN el

CREO QUE A TODOS LOS que nos dedicamos a este oficio, nos está pasando. La información nos rebasa. Nos llena de incertidumbre a tal punto que, a veces, no sabemos con qué tema empezar.

Tengo, para mí que, a la mayoría de los columnistas, nos seduce la idea de iniciar con algunos de los temas de las ‘mañaneras’. Pero no es infrecuente que luego un tema de nuestro entorno se nos atraviese.

Esto, justamente, me acaba de suceder.

Tenía planeado iniciar con el traspié que dio el sub-secretario RICARDO PERALTA, con sus “marranadas” de ayer. Me parecieron chuscas, dignas de escribirse a casa y muy a modo para arrancarnos una sonrisa de miércoles por la mañana.

Total, de marranos y chicharrones conocemos un largo rato. ¿O no mi MIGUEL ÁNGEL MURILLO?

Fue cuestionado por algunos medios sobre críticas que momentos antes le habían hecho.

Y respondió con un viejo y conocido refrán que en su tiempo –era yo un niño, imagínese– se utilizaba como ingrediente chusco en los principios de semana, principalmente en los lunes.

La gente involucrada y los medios también, se sintieron insultados y armaron un pequeño escándalo. El refrán dice así: “A aullidos de marranos, oídos de chicharroneros”.

Fue todo.

Tuvo que disculparse, y habría que decir que fue peor el remedio que la enfermedad.

Pecata minuta, en todo caso. O pelillos a la mar, si lo prefiere. El punto no era este.

Es la escuela que está dejándole a sus seguidores el jefe mayor de la Cuarta Transformación. Descalificar, agraviar, ningunear a los que protestan, con razón o sin ellas. A los opositores. A los que no están de acuerdo con el Gobierno Federal.

Ricardo Peralta es un funcionario muy del agrado del presidente. Esto no es malo. Así debería de ser siempre. Además, un hombre inteligente pero no escapa la violencia verbal que caracteriza al sexenio.

Lo peor; sin embargo, no estriba en estos niveles. Lo más grave, es cuando esa escuela piramidal, permea a los más bajos niveles del poder.

A los ayuntamientos.

Y a este punto, caro lector, quería llegar yo. Porque esto es lo que está sucediendo en estos momentos en Cajeme, y muy particularmente, en Ciudad Obregón.

El video circuló profusamente entre cajemenses desde muy temprano. Miles de personas lo han visto.

El alcalde SERGIO PABLO MARISCAL ALVARADO, en una burla y torpe imitación de los spots que suele subir a las redes el presidente AMLO, posó en distintos lugares del casco urbano de Ciudad Obregón, ejemplificando la circunstancia actual de la ciudad y acomodándola, acreditándoselas, a los gobiernos municipales anteriores a él.

Mostró calles limpias, en buen estado, del sector norte; y mostró los callejones en ruinas del centro de la ciudad.

Acusó, majestuoso. Plantándose en un lugar escogido para tal propósito, donde supuso que se vería bien: ninguna ciudad vive en forma desigual como la de Obregón. Acá, los privilegiados a los que no les faltan servicios de primera. Allá, los pobres, los que viven en lugares a los que no llegan los servicios.

Me queda claro que el señor alcalde no tiene remedio. Y creo que tampoco tiene la culpa de sus desaguisados. Está donde está porque una mayoría de votantes quiso que así fuera. Estoy convencido que nunca creyó que ganaría la elección. Quizás con esa creencia llegó a las elecciones tan despreocupadamente. Es muy probable que el más sorprendido por la victoria fuera él.

Lo que a continuación se ha visto, tendría que ser motivo de un profundo análisis sociológico sobre las modificaciones que en su estilo de conducta pueda experimentar el ser humano cuando de manera súbita sus formas de vivir se transforman elevándole los niveles de satisfactores hasta alturas insospechadas.

Voy a confiarle, señor mío, algo muy personal. Yo sostuve un par de conversaciones con el maestro Mariscal Alvarado. La primera vez fue cuando en Morena apenas se empezaba a murmurar sobre los posibles aspirantes. Entre los que sonaban, estaba él. Estábamos a la misma mesa y nos tocó sentarnos juntos. Le dije, me dijo, intercambiamos algunos puntos de vista. Tuvo la gentileza de acompañarme a mi carro cuando llegaron por mí. Una despedida cordial, con el buen sabor de boca que dejó el encuentro.

Políticamente, no le concedí transcendencia al encuentro. Cosas del oficio.

La segunda conversación, fue cuando ya era alcalde en funciones. El lugar del encuentro fue el mismo, una finca a la orilla del Río Yaqui, justo frente a la Presa del Oviáchic (Álvaro Obregón).

El anfitrión fue el mismo. El dueño de la finca llamada ‘La Reclusa’ (por estar situada frente a la presa, precisamente), el maestro ROBERTO LAGARDA LAGARDA, amigo común.

Roberto nos invitó a él y a mí y al ex–alcalde de Cajeme RICARDO BOURS CASTELO, entre otras personas. También estaba doña MARGARITA VÉLEZ DE MARISCAL, una dama muy agradable, de magnifica plática. Todo muy bien, plácida y alegre tarde.

Me despedí temprano y creo que Ricardo también.

Hasta ese momento, todo indicaba que Sergio Pablo sabría conducirse al frente de los destinos de Cajeme.

No he vuelto cruzar palabra con él. Lo único que sé, es lo que leo sobre sus acciones, lo que veo en las calles, lo que declara y, con gran sorpresa y temor, sus grandes desplantes de grandeza cuando anuncia su decisión de lanzarse por la gubernatura de Sonora.

Me cuentan ahora, que hace dos que tres semanas declaró que “bajaba la mano”, que se suma al proyecto de ALFONSO DURAZO MONTAÑO, lo que seguramente hizo que el de Bavispe pudiera conciliar el sueño.

Y enseguida, el video de la ciudad desigual, donde ya se dice que se equivocó de definición porque todos los sectores de la ciudad se encuentran en condiciones iguales.

No hay para donde, Ciudad Obregón es una ciudad con calles ruinosas donde las únicas avenidas que están intactas son las que se construyeron con concreto hidráulico.

Para terminar este segmento, una pregunta: ¿Quiénes son sus asesores, Sergio Pablo?

Digo, yo también quiero saber.

En fin.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ

¡Y AGÁRRATE, GENOVEVA, QUÉ VAMOS A GALOPAR! Ayer se dio a conocer que “un grupo de trabajadores de la CTM estatal”, manifestó públicamente que, como trabajadores y ciudadanos que son, tomaron la decisión de registrarse ante las autoridades competentes para constituirse en partido político… Ah, claro: el registro no es como CTM, sino como ciudadanos que están sindicalizados y portan el emblema de esa central… Tampoco pueden ostentarse como partido cetemista porque no se les permite y tampoco dijeron que el grupo que se reunió con los medios está integrado por el secretario general de la CTM estatal, JAVIER VILLARREAL GÁMEZ y sus incondicionales….

O sea, sus cuates, pues….

Con esto confirman lo que ya se sabía, que se van del PRI, y que la CTM puede seguir siendo priísta, pero ellos no, aunque él que encabeza el grupo es el líder de la CTM….

O sea, sí pero no….

Y POR ÚLTIMO, NO PUEDO, sino lamentar que ni querido amigo, el doctor FRANCISCO VERDUZCO VALENZUELA, haya sido víctima de los amantes de lo ajeno en su consultorio de la calle Sonora al sur…. Es el signo de los tiempos….

Es Todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com