El Consejo Nacional Agronómico le ofreció ayer en Veracruz un emotivo reconocimiento a Chava Meza

Rumbos

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ME LO CONTARON AYER, DOMINGO, algunos de los que asistieron a la reunión de periodistas el pasado fin de semana para celebrar “El Día del Periodista”, cuya creación se remonta a 1922. Hubo algunos medios de la Ciudad de México, que se ocuparon de hacer una cita de este episodio cuyo mérito debe de atribuirse al Ing. FELIX FULGINCIO PALAVICINI, Periodista, escritor, académico y profesionista, que fue editor y fundador del diario El Universal.

La iniciativa de celebrar esta fecha, la interpuso el yucateco DUARTE MORENO, en memoria del reportero JUAN SARABIA. En la asamblea, se evocó al decano del periodismo en México, MANUEL CABALLERO.

Esta asamblea se llevó a cabo el 16 de octubre de 1922.

Pues bien: por primera vez, tras de muchos años de no festejar la efeméride, a alguien se le ocurrió escarbar en los libros de historia y proponer que se rescatara de su olvido la fecha conmemorativa.

Mi querida amiga MARY VERDUGO ROSS, me platicaba que algunos comunicadores pronunciaron algunas anécdotas de la historia de esta celebración, y así fue como muchos colegas comprendieron que la celebración más genuina y autentica del “Día del periodista”, es precisamente la del 4 de enero.

No faltaron las vivencias personales, las anécdotas de cada quién. Los recuerdos muy de la intimidad de los que hicieron la rememoración.

Por ejemplo que el Día del Periodista se instauró para festejar a quienes verdaderamente practican el periodismo. Para aquellos que salen a las calles a recabar la información de lo que ocurre todos los días. Los de a pie. Los que batallan para llevar el sustento a la mesa del hogar. Para los que son estigmatizados por ser periodistas. Para los que son frecuentemente solicitados pero que, al final de la vida, son olvidados.

Por eso fue la Prensa Asociada de los Estados la que convocó a crear esta conmemoración. Las más emblemáticas. Las más venerables. La del reportero que hace la talacha del periodismo.

Alguien me contaba ayer que un colega de un medio regional, recordaba con gran emoción como algunos de los más recordables periodistas de Cajeme, había impreso su huella personal en sus vidas y en su trayectoria como periodista.

Evocar a los que influyeron en nuestros primeros pasos por este oficio, es algo que toca las fibras más sensibles de nuestra alma, de nuestro ser.

Particularmente, yo también le debo una parte de lo poco que he aprendido, a algunos de esos maestros que se mencionaron en una de las reuniones que se realizaron el anterior fin de semana.

Lo que ciertamente no es de extrañar porque en una ciudad tan aldana como Obregón, todos aprendimos de los mimos pioneros en cada una de las actividades vigentes en la región.

De esos rumbos procedemos todos.

Una semblanza de la historia de El Día del Periodista, no estaría completa sin mencionar al origen de la otra conmemoración, la de El Día de la Libertad de Expresión y de un personaje de Cajeme que amó la celebración del 4 de enero y fue algo así como el “Padrino” de cientos de reporteros, columnistas y editores de revistas y semanarios, durante décadas en Cajeme.

Me refiero a ALEJANDRO RUIZ.

Ocupémonos, caro lector, de El Día de la Libertad de Expresión, cuya conmemoración se realiza el 7 de junio. Siempre he sostenido que esta celebración no corresponde propiamente a los periodistas, a los reporteros, a los de “abajo”.

No nació para eso.

En el sexenio “de la modernidad y la justicia social” de MIGUEL ALEMAN VALDES, el dueño del periódico distritofederalense, Novedades, tuvo la idea de proponer a sus colegas de los otros “grandes diarios” de la capital del país, que en reconocimiento “al señor Presidente de la república por su decido apoyo a la libertad de expresion y su irrestricto amor al trabajo periodístico”, la celebración de El Día de la Libertad de expresión, debería llevar la marca de este mexicano que tanto bien ha llevado a esta actividad.

En este contexto, “El Día de la Libertad de Expresión” no fue un reconocimiento ciudadano para los verdaderos periodistas, sino una orgía ritual de insienso zalamero para rendirle culto a la personalidad del presidente mexicano más corrupto en la historia de México hasta esas fechas.

El día de la promulgación de esta efeméride, está perpetuado en fotografías e imágenes cinematográficas, como el suceso más vergonzante que se ha escrito en la historia de la relación de la prensa con el poder presidencial.

Quizá por un acto de reflejo, los periodistas del interior de la república, privilegiaron la celebración del 7 de junio sobre la del 4 de enero.

Las nuevas generaciones de periodistas, escasamente sabían qué carajos se celebraba el 4 de enero y el 7 de junio. Lo único que quedaba claro es que resultaba más “lucidora” la del 7 de junio, pues en ella siempre estaban las máximas autoridades de un municipio, del Estado y de la república.

Y en cada una de esas reuniones, había alabanzas mutuas. Los que hablaban a nombre del gremio, llenaban de insienso al gobernante en turno; y éste, hacía lo propio con los periodistas.

A final de cuentas, siempre fueron actos de profunda hipocresía.

 ¿Don ALEJANDRO RUIZ?

Durante décadas, don Alejandro, que se especializaba en la preparación de comida para fiestas, obsequiaba el gremio—a “los de abajo”, pues—una comida, acompañada de refrescos y cerveza, a los reporteros, columnistas y editores de revistas y semanarios. Al morir don Alejandro, el 4 de enero se “apagó” casi en su totalidad.

Afortunadamente, parece que son los propios reporteros los que están esforzándose por revivir la celebración.

Por mi parte, agradezco, entrañablemente, al Lic. RAMON CASTAÑEDA FELIX, su gentileza. Desde algún lugar donde pasó sus vacaciones, me llamó la noche del sábado para felicitarme.

¡Larga vida para él!

En fin.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ

¡EUREKA! Desde el bello Puerto de Veracruz, se reportó ayer el Presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Sonora, RODOLFO JORDAN VILLALOBOS…

El huatabampense, se encontraba acompañado del Presidente de la Agronómica de Sonora, MIGUEL ANGEL SANCHEZ BARRIOS, preparándose para el magno evento de hoy lunes 6 de enero, cuando se celebra la promulgación de la Ley Agraria, a iniciativa del Presidente VENUSTIANO CARRANZA…

Como bien se sabe, es una tradición que cada mes de enero se celebra en esta fecha y el significado que la Ley Agraria tuvo durante muchos años para los campesinos de este país…

Ciertamente, ya no hay mucho qué festejar ni que celebrar, pero es bueno que no se olvide el pasado ni aquello que dio razón de ser a una organización que llegó a ser tan influyente en la vida de miles de personas, como la CNC…

Sin embargo, permítame decirlo: no era de esto de lo que yo quería contarle. En realidad, para los cenecistas y agrónomos de Sonora, lo más importante fue el reconocimiento que se hizo, por parte de la Sociedad Nacional Agronómica, a nuestro entrañable amigo SALVADOR MEZA ESPINOZA, cuyo reciente deceso nos impactó a sus familiares y a quienes le apreciamos y le vamos a recordar como el excelente amigo que fue…

En esta ceremonia, estuvieron ISMAEL HERNANDEZ DERAS, líder nacional de la campirana, así como el dirigente en el país, de la Asociación Nacional Agronómica ALFREDO LOPEZ VALDOVINO…

Y el dato chusco, que nunca ha de faltar en estos eventos: Jordán me envió sendas fotos de “El doble de Luzanilla” y de “el doble de JULIO CESAR RODRIGUEZ”…

Es todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com