Lo de siempre: detrás de una tragedia, se encuentra otra: Caso de jornaleros muertos y heridos

Rumbos

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EL PERIODISMO ACTUAL EN MÉXICO se debate entre dos vertientes. Por una parte, darle prioridad a la violencia, a las tragedias que arrojan información sobre los horribles errores del sistema de Gobierno, y por otra, la necesidad que proseguir con la rutina de toda una vida consistente en darle sentido a la política que conocemos y de la que, para bien o para mal, no nos podemos sustraer.

Un ejemplo, caro lector: ¿por qué cada vez que la prensa nos reseña una tragedia accidental con saldos fatales que nos impactan, atrás de la desgracia descubrimos la otra cara de nuestro sistema político y de los pecados capitales que esconden los hombres y las mujeres que mueven el poder, ya sea económico o político, en este país?

Sucede con las armas. Atrás de su venta legal en Estados Unidos, se encuentra la gran hipocresía del sistema del país vecino. “Nosotros vendemos legalmente las armas y si en la frontera gente de ustedes (los mexicanos) las compran para matarse, eso es problema de ustedes”, argumentan cuando algún representante de nuestro Gobierno les hace una reclamación.

Al interior, es lo mismo.

Ahí está el caso de los LeBarón.

Lo tratamos por encimita. Pero hay mucho mar de fondo y esto viene de muchos años. Hay culpables en todas partes. Ahora reclaman el auxilio jurídico de dos respetados abogados de Sonora y Baja California para asesorar a los agraviados y masacrados LeBarón, cuya cultura difícilmente logramos comprender.

De este episodio en particular, todos esperamos que la honestidad y capacidad profesional del obregonense ABEL MURRIETA, arroje claridad en muchas cosas. Él sabe cómo hacerlo, reza una antigua frase que se utilizaba entre abogados en los años veinte del siglo pasado.

Ahora mismo estamos lamentando la muerte de 7 jornaleros agrícolas y más de treinta lesionados, en la colisión de un camión de transporte y un tren.

En las primeras informaciones que estuvieron difundiéndose en redes sociales, se deslizó un dato que aparentemente pasó desapercibido: que los jornaleros accidentados, muertos y heridos, no tienen seguro social y por tanto no podrían ser atendidos en el IMSS.

Luego ya no se dijo nada.

¿Tienen —o tenían— atención médica en el IMSS? Si no la tienen es que los patrones están abusando de la necesidad de gente muy humilde.

Ojalá que nuestros colegas reporteros se involucren en este asunto.

Esa es nuestra misión.

¿Y GENARO GARCÍA LUNA?

Es un asunto que en su tiempo se discutió y se analizó. En esta modesta trinchera periodística se abordó el tema. Aquí se le hizo un reclamo al entonces presidente de la República ENRIQUE PEÑA NIETO por haber hecho caso omiso de los señalamientos que se habían estado publicando en diversos medios y por distintos comunicadores de las turbias actividades del que fue el hombre fuerte, el más poderoso después del presidente, en el sexenio 2006—2012.

Eran los tiempos en que a Peña Nieto lo empezaban a golpear sin misericordia los enemigos del PRI. Él pudo haber ordenado una investigación a fondo y haber fortalecido su Gobierno.

No lo hizo. Prefirió aguantar vara y, tal vez, pactar con el Gobierno que le habría de suceder.

Luego, empezó el rumor en el sentido de que EPN había pactado con FELIPE CALDERÓN.

Ahora, cuando empiezan a aflorar evidencias de que lo que se dijo en su momento era verdad, todo cobra sentido.

Por eso los periodistas se encuentran en esta dicotomía: ¿Se ladean hacia lo trágico o hacia los costumbristas?

Ahora mismo este humilde pergeñador de cuartillas, se enfrenta a esta disyuntiva. ¿Me voy por la política que ya conocemos los sonorenses o me encamino hacia la tragedia, hacia los descubrimientos que no hacen sino inquietarnos y nos preguntamos qué diablos nos está pasando?

En cuanto a los LeBarón, ahí viene el presidente López Obrador. Les visitará. Él reconoce que su presencia solo obedece a que quieres refrendarles su solidaridad, que sientan que su presidente está con ellos.

Esta actitud es un gesto hermoso. Algo inédito en este país.

Desgraciadamente en redes sociales han expresado sus dudas sobre el por qué de esta visita presidencial. Y encuentran una respuesta facilona: la mayoría de los habitantes de esa región en Chihuahua y una mínima parte de Sonora, tienen la doble ciudadanía México-estadounidense.

O sea, que sin gringos y mexicanos. Y los desconfiados, dicen que por eso es la visita presidencial.

Sinceramente, yo no creo eso. Creo en la buena fe del presidente. Porque una cosa es que políticamente juegue con las mismas estratagemas del resto de los políticos, y otra que se dude de su autenticidad en relación a su calidad de ser humano.

¿Por qué no hablar de temas sencillos, los de siempre, los de los partidos políticos, independientemente de la situación en que se encuentren estos institutos?

Ayer le platicaba yo de la frenética actividad que ERNESTO DE LUCAS está desplegando por el sur del Estado.

Yo se lo conté en estos Rumbos: estuvo en Navojoa. Se juntó con los diversos liderazgos del PRI en la hermosa Perla del Mayo. Compartió con ellos —y con ellas— la Rosca de Reyes y me cuentan que le hicieron chapuza al pobre ‘Pato’ para que a él le tocara el ‘monito’ y el costo de la ‘tamalada’ del Día de la ‘Candelaria’.

Todo fue una fiesta como se lo narré aquí mismo.

Regresó a Hermosillo y ayer volvió de nuevo al corazón del Mayo. Le tomó la protesta a IMER CAMPOS como presidente del PRI municipal, en cuya directiva quedaron varios exalcaldes de Etchojoa.

Previo a este evento, se manifestaron algunos brotes de inconformidad por parte de militantes que pregonaban que había ciertas turbiedades.

Me contaron que se tendieron puentes de acercamiento gracias a los buenos oficios de militantes tan apreciados y respetados como UBALDO IBARRA LUGO, que fue un magnífico presiente municipal y cuyas gestiones ante el Gobierno de CLAUDIA PAVLOVICH, dejó resultados que hasta los malquerientes del PRI reconocen.

¿Hay otra nota que pueda llegarnos al corazón por su fluidez y su sencillez, cuenta habida de que se trata de un reencuentro de grandes, jóvenes y viejos, afectos entre seres humanos?

Por supuesto que si la hay.

Me refiero a Abelandia, esa fiesta emblemática y tradicional que, desde finales de los noventas del siglo pasado, se viene celebrando en unas colonias en medio de una zona muy agreste, no muy lejos de un bonito poblado llamado Batacosa, en el municipio de Quiriego.

Decir Abelandia, es decir RICARDO BOURS CASTELO. Es decir don ABEL MURRIETA. Y de unos años acá, es decir ABEL MURRIETA GUTIÉRREZ.

Poco a poco, sin proponérselo uno, fue desentrañándose el origen de esta fiesta. En este mismo espacio se lo conté a mis dos que tres lectores, usted se acordará.

Por Abelandia han pasado varias generaciones. Muchos ya partieron y solo nos quedó de ellos la anécdota, el buen humor de algunos, las ideas frescas, de otros.

También han pasado por Abelandia algunos candidatos a presidentes municipales, a diputados locales y federales, a gobernadores. Y también pisaron tierras de Abelandia algunos gobernadores, incluyendo a la única mujer que ha visitado este lugar.

Obviamente, me refiero a CLAUDIA PAVLOVICH (de quien por cierto guardo una fotografía con ella), y el gobernador, por supuesto, EDUARDO BOURS.

En esta edición, estoy seguro que, mínimo, estarán presentes dos aspirantes a la Gubernatura de Sonora. El independiente RICARDO BOURS y el priísta ERNESTO GÁNDARA CAMOU, dos entrañables amigos.

En fin, así las cosas.

Es todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com