OPINION

Errores y puntos sobresalientes de la sesión de Consejo Político del CDE del PRI y don Tomás Oroz al bat

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Errores y puntos sobresalientes de la sesión de Consejo Político del CDE del PRI y don Tomás Oroz al bat
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DECÍA YO EL SÁBADO ANTERIOR, que la reunión de Consejo del PRISonora, merecía más profundidad en el análisis que el que, en unos cuantos renglones, le dieron algunos comunicadores.

Y vuelvo a insistir: no me refiero al PRI como partido, sino a quienes manejan y operan la estructura priísta.

Un amigo mío, a pregunta expresa, me dijo que para él uno de los puntos sobresalientes, fue la claridad con la que habló CLAUDIA PAVLOVICH. Y principalmente, el desmentido sobre el rumor de la sospecha de un pacto Morena-PRI.

Fue contundente, si bien hay que reconocer que algunos priístas no quedaron muy convencidos.

Pero, bueno, no se puede desvanecer de la noche a la mañana una versión que estuvo en las noticias durante varios meses sin que nadie saliera a hacer las debidas aclaraciones.

Los priístas, con la moral a punto del colapso, se aferraron a esta tesis e hicieron suya esta frase: “En Sonora, nada de negociaciones con Morena”.

Este punto, señor mío, tiene sus propias características porque lo peor que podría hacer un partido que fue sucesivamente derrotado en elecciones intermedias y presidenciales, no puede permitirse pactar con otro partido que acaba de llegar al poder y ya está “partido a la mitad”.

Me refiero a Morena, por supuesto. Ahora Morena —o quienes están al frente de esa organización en Sonora— se defienden con argumentos que hoy por hoy no están capacitados para esgrimir como si fueran una institución llena de gloriosas conquistas.

Morena no ha conquistado maldita la cosa en su cortísima trayectoria. De hecho, carece de genealogía y la que se adjudica, sus propios integrantes la desmerecen y la llaman genealogía deficiente y enferma de origen. Aún más: un político morenista que goza de gran prestigio, enojado por lo que está pasando en su partido, afirma que la genealogía de Morena es la misma que el PRD le transmitió cuando la mayoría de sus militantes se pasó a Morena. Por eso su enfermedad es crónica, y no tiene cura.

¿Cómo podría el PRI aliarse o pactar y menos negociar Sonora, con un partido como Morena?

Morena lleva casi dos años sin poder elegir a su presidente nacional. La mujer que el presidente AMLO encumbró a la dirigencia nacional en forma interina, se dedicó a hacer negocios y a “jinetear” los dineros del partido.

La acusaron muchos de sus correligionarios pero salvó el pellejo gracias a su protector ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR. Lo cierto es que Morena es hoy apenas la sombra que llegó a ser hasta hace poco tiempo.

La crisis es nacional pero va más allá. Está en prácticamente todas las entidades de la República.

Carece de dirigentes en prácticamente todos los estados, incluyendo a Sonora. Hay crisis de ética en más de la mitad de los estados. La corrupción que ha sido la bandera de AMLO, está enraizándose en todos los renglones de la vida política de la Cuarta Transformación.

Hoy, Morena no es un partido atractivo para ninguna corriente política. No lo es si lo que se busca es prestigio partidista y poder legítimamente obtenido.

De ahí la importancia de la frase en cuestión: "¡Nada de negociaciones con Morena en Sonora!".

Pues sí, eso que ni qué.

Claudia, como priísta, dijo lo que tenía que decir. Sabe que tiene un sitio decoroso que le han dado las encuestas. Un cuarto o un quinto lugar a nivel nacional entre los mandatarios estatales mejor posicionados.

No es poca cosa. 

¿Errores?

Claro que sí. Todos cometemos errores. Y en el recuento final, el saldo resulta favorable.

Según veo yo las cosas, uno de los errores cometidos, fue haber dejado pasar demasiado tiempo sin salir a dar la cara por el PRI. Insisto: este silencio en la directiva estatal del partido y en los propios funcionarios estatales, fue como combustible en la rumorología que se había desatado desde principios de año.

Ya lo dice el viejo y conocido refrán: el que calla otorga. Pero también es verdad que nunca es tarde para rectificar. Los liderazgos priístas rectificaron y la jefa política del PRI, Claudia Pavlovich, hizo gala de su discurso muy a la sonorense para aclarar paradas. La verdad sea dicha, yo no sé hasta donde podría dar de sí el fruto de la reunión de Consejo del PRI. Pero sea como sea, se avanzó, se entusiasmó la infantería tricolor y salieron datos y hechos.

Otros puntos: la Sesión de Consejo Político estuvo muy nutrida. Hubo muy buena participación, según me cuentan amigos que estuvieron cerca del evento.

En ese auditorio, estuvieron los presidentes municipales priístas y esto es muy significativo.

Bueno, no más de 80 personas por lo de la pandemia, ya sabe usted.

Al auditorio le caben 500 personas. Con todo, no deslució. El resto lo hizo el zoom. Todos muy bien coordinados. No hubo fallas.

Y la joya de la corona en los puntos sobresalientes: la autorización al CDE del PRI, para negociar las alianzas que convengan con miras al próximo proceso electoral del 2021. ¿Está usted pensando en el PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza? Entonces está en lo correcto, por ahí van estos partidos en alianza.

Ahora viene lo más difícil. El punto que no fue mencionado en la sesión del sábado: los candidatos. Quiénes, cómo, y las fichas menores cómo habrán de repartirse.

O sea, cuantas regidurías para cada partido, cuantas diputaciones locales y federales. Cuantas secretarías en el Gobierno, cuantas Sindicaturas.

Es decir, todas esas cosas que se manejan en estos casos.

Usted me entiende, ¿verdad?

En algún momento de la fiesta priísta, alguien se atrevió a susurrar a su compañero de asiento: "¿Y cómo queda Antonio Astiazarán?".

He ahí la cuestión. ¿Cómo queda, cómo quedará ANTONIO ASTIAZARÁN GUTIÉRREZ? Yo no he tenido comunicación con Toño más allá de algunos whatsapp en los que me comenta que ya está participando con mensajes videograbados.

Pero hasta ahí. En otras palabras, las convocatorias ya las puede dar a conocer el PRI. Y por lo que se sabe y me han contado, van por buen camino.

En este sentido y por el bien de la política, que así sea.

En fin.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ DÉJEME DECIRLO: HACE ALGUNO DÍAS — creo que fue el 8 de octubre— CHAYITO OROZ IBARRA y yo platicábamos sobre el estadio de beisbol que lleva el nombre de su señor padre, don TOMÁS OROZ GAYTÁN, desde hace medio siglo, o casi…

Me había propuesto dedicarle una buena parrafada a esta efeméride pero por cosas del trabajo acumulado, lo fui dejando para después…

Ahora, cinco o seis días después de aquella plática, me encuentro con que los temas que tienen qué ver con Chayito, son los que se me han amontonado…

Después del 8, fue el 12 de octubre, Día de la Raza, y efeméride de un día glorioso en el que por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, una mujer fue la encargada de encender el pebetero olímpico, durante la inauguración de estos juegos en la Ciudad de México, cuando en el ambiente flotaba la tragedia y el olor a la sangre de cientos de jóvenes estudiantes masacrados y quien sabe cuántos soldados fueron víctimas de los mezquinos intereses de los políticos y líderes sindicales…

Aquella chica de 20 años que subió cada uno de los peldaños hasta donde se encontraba el pebetero, era ENRIQUETA BASILIO SOTELO, a quien mucho después, Chayito me presentó en una comida a la que fui invitado… Queta ya murió pero queda su recuerdo imborrable…

Pues bien: en la foto del 8 de octubre, don TOMÁS OROZ GAYTÁN, está al bat en la real inauguración del Estadio en 1970, aunque su nombre le fue impuesto tres años después, a 9 meses de su trágica muerte en un accidente automovilístico…

Es todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com

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