OPINIÓN

Alianzas electorales, propias de la cultura del envase vacío

La Tertulia Polaca

Aarón Tapia, columnista.
Por
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Eduardo Galeano (en mi opinión uno de los más grandes pensadores de los últimos tiempos), reflexionó lo siguiente sobre nuestra cultura actual: Estamos en plena cultura del envase. El contrato del matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo. Y yo agregaría, el consumo más que el razonamiento. La cultura del envase desprecia los contenidos.

Nada más nítido y sencillo para comprender que nos hemos vuelto; una cultura muy poco reflexiva de los fondos debido a que adulamos las apariencias que en muchísimas ocasiones nos nubla y distorsiona la realidad del contenido. Nos apresuramos en premiar o reprobar en base de lo que refleja el envoltorio, porque somos a final de cuentas esclavos enamorados de las imágenes. No por nada Mc Donalds es el rey de la comida rápida, con un pésimo producto chatarra, inclusive nocivo para la salud, pero con una excelente mercadotecnia. Lo mismo podría opinar de la manera en como se están conformando las alianzas de la partidocracia con miras hacia el 2021 y en como las vamos a consumir.

Un frasco puede ser un recipiente de agua o de veneno. El mismo envase puede alojar una medicina o una sustancia letal. Por eso importa la etiqueta. El marbete sirve para identificar la composición del líquido, para mantenerla lejos de los niños, para aplicar la dosis correcta, para separar los líquidos de la cocina de los del botiquín. Una de las campañas más intensas de los consumidores en los últimos años ha sido precisamente la batalla por las etiquetas: contar con información veraz y comprensible de lo que uno compra en un empaque. El consumidor, (como el votante) requiere de esa información veraz y comprensible para decidir. No puede arriesgarse a probar con las vísceras el misterio de los envases.

Las alianzas electorales entre los partidos políticos, por lo general son un frasco sin etiqueta porque carece de contenido nutritivo de propuestas y soluciones, en cambio abundan los ingredientes chatarras de las arengas electoreras. Puede ser un garrafón de gasolina, una olla de sopa vieja o una botella de bebida azucarada de alto contenido calórico, que son grandes generadoras de esa enfermedad silenciosa pero letal como lo es la diabetes de la ingobernabilidad.

Las posibles alianzas electorales que hasta este momento ya se pueden visualizar para las elecciones del 2021 en Sonora, tanto la del PRI/PAN/PRD y la de Morena/PT/PV/PANAL, se perciben como un envase con un etiquetado que contiene información distorsionada. ¿Alguien puede dudar del peligro que significa beber de un frasco sin la especificación real de su contenido? Lo han advertido muchos de los grandes pensadores tanto históricos, como contemporáneos: los políticos sin ideas son políticos peligrosos. Este pensamiento bien lo podemos ajustar a: las alianzas electorales sin coincidencias ideológicas forman alianzas peligrosas.

El contenido propositivo que nos pueden ofrecer quienes se han autoeregido como la hegemonía de la calidad moral y de la regeneración política y social (Morena), palidece al verter en su alianza electoral, sustancias sumamente nocivas para la salud del sistema político. El PT, PV y PANAL (otrora aliados del PRIAN) se han configurado como una especie de nicotina política, una sustancia de alta nocividad para el organismo de nuestro sistema político, sin embargo, se mantiene en nuestro sistema político por intereses lucrativos de ciertos grupos de poder a pesar de sus mortíferos efectos socioeconómicos y políticos. Entonces, ¿cómo Morena va emprender una regeneración en el tejido social y político con las mismas sustancias nocivas que han ido degradando esos tejidos? Es como si se pretendiera curar el cáncer aplicando quimioterapias de buena calidad, pero también suministrando ciertas dosis de nicotina. Dicho de otra manera, no se puede hacer las cosas diferentes haciendo lo mismo y con lo mismo.

Por más que nuestro ineficiente sistema electoral aliente las prácticas de pragmatismo burdo electorero, en poco o nada se podría justificar de manera categórica la alianza con estos partidos rémoras, que más, que un proyecto político, son un modelo de negocio familiar y/o de grupos de poderes fácticos.

De la pretendida alianza de enfrente, PRI/PAN/PRD, no hay mucho que decir, sus propias siglas y su trayectoria en el poder hablan por sí mismas, representan la misma “cura” de siempre, su envase de quimioterapia cuando no se encuentra vacío, su contenido es de agua (si, como las quimioterapias para niños con cáncer de Javier Duarte, exgobernador priísta de Veracruz), ¿qué nuevo elixir podrían ofrecer los responsables de que Sonora se encuentre en tal grado de descomposición en cualquier rubro que se le analice?

El etiquetado del envase de estas alianzas no nos proporcionan información veraz y comprensible sobre las sustancias que componen su contenido, más bien son leyendas con herramientas mercadotecnicas, enfocado solamente a la venta electoral.

El marbete del recipiente de la alianza Morena/ PT/PV/PANAL, nos dice que ahora la nicotina no es tan dañina, que si se utiliza solo como un complemento, combinándola con una quimioterapia de buena calidad, produce efectos positivos.

En la etiqueta de la alianza PRI/PAN/PRD, se nos informa que la quimioterapia de agua que siempre nos han recetado, hoy se ha logrado mejorar enormemente con una sustancia mágica llamada “candidato ciudadano”, pero su composición es a base de la misma esencia de la quimioterapia de agua.

Quizás el extinto pensador uruguayo Eduardo Galeano, hubiera agregado en su reflexión: En México, importa más ganar elecciones, que ejercer un Gobierno virtuoso.