Nada más se registró y Ernesto “Borrego” Gándara ya sintió lo duro y lo tupido, pues inmediatamente las huestes y troles de Morena le atacaron sin piedad, recordándole varios negritos en el arroz en su pasado. El rumor es que el ya precandidato se siente desprotegido por parte de los tres partidos que representa, que más que cuidarlo y encumbrarlo, siguen peleándose las posiciones.
En donde siguen atorado es sobre los dineros. Resulta que el acuerdo nacional es que los recursos sean administrados por el PRI, quien argumentó que es el partido con mayor infraestructura, lo cual es tan cierto como que si hay un organismo experto para desviar y robar recursos electorales es el tricolor, lo que no tiene satisfechos a los panistas y perredistas sonorenses.
Y retomando a Morena, nos cuentan que el equipo de Alfonso Durazo anda preocupado por doble vía: la sentencia del Tribunal Electoral de retirar sus pautas publicitarias le dejaron claro que no van en caballo de hacienda, como creían, hacia la victoria; por otro lado, en las pequeñas giras que han realizado no han sido lo fructíferas que esperaban.
Inquieta es como definen en Navojoa a la alcaldesa Rosario Quintero, que ante la orfandad política a la que ha sido expuesta piensa en buscar la reelección, que sabe también que será más que complicada ante su desaseada administración. En los pasillos del ayuntamiento se dice que Quintero está a la espera de que los líderes de su partido le echen una mano.
Ante la brutal alza de contagios y muertes en el estado por causa del Covid comienza el repartidero de culpas; nos cuentan que los alcaldes de varios municipios traen frente abierto contra Enrique Clausen, hoy apurado ante los números, producto de muchos meses titubeantes en la estrategia.