OPINION

La Mujer, el nuevo poder político

De Primera Mano

Francisco Javier Ruiz Quirrín, columnistaCréditos: TRIBUNA
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NO SE TRATA DE DEBATIR respecto a la igualdad o equidad de género. La civilización de este siglo XXI no puede consignarse sin el pensamiento de una igualdad de los derechos de las mujeres ante los hombres y ante la sociedad. Si prevalece la cultura machista, el marco jurídico está conformado por normas que protegen a la mujer y que le conceden facultades potestativas para hacer valer esos derechos ante la Ley. No. La realidad es que en el universo de la política, la figura femenina se ha convertido en un extraordinario poder político, que se ha permitido doblegar hasta la soberbia del presidente de la República. Y es que es inocultable la misoginia de Andrés Manuel López Obrador, pero helo ahí en su “mañanera”, rogando a las mujeres que se manifiesten en su día –el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer-, pero que lo hagan sin violencia, sin destruir monumentos, como si él mismo no fuese “fuente de inspiración” para muchísimos mexicanos en un mundo donde la confrontación es estimulada desde Palacio Nacional. Más allá de eso. Las protestas femeninas no admiten una figura como el abusador sexual “morenista”, Félix Salgado Macedonio; tanto así, que obligaron al presidente a instruir al dirigente nacional de MORENA, Mario Salgado, que se repitiera el proceso de encuestas para definir al candidato a la gubernatura del estado de Guerrero. Y todavía, a pesar de que los grupos feministas más radicales abrazaron al entonces “opositor”, López Obrador y le apoyaron en las urnas para que se alzara con el triunfo en el 2018, ahora son parte del mensaje presidencial contra el “conservadurismo” y “las campañas de los corruptos en contra de la cuarta transformación”. No. La realidad es que la mujer se ha convertido en un factor real de poder en este país. Y gran parte se debe a que existen mujeres tan destacadas, que han sobresalido más que los hombres en su arrojo y valentía. Lilly Téllez, como senadora sonorense, ha destacado por alzar la voz y hacer sentir su indignación ante el engaño del cambio prometido por AMLO y ha puesto a temblar a verdaderos y poderosos figurones del poder público y, hace apenas unas horas, dio a conocer una iniciativa para contemplar una reforma en la Constitución que prohiba a los partidos postular a figuras con denuncias por abuso sexual. Y está hablando solo de denuncias. La presunción de inocencia, esa figura creada para blindar a los corruptos, está haciéndose a un lado en esta propuesta. En el norte del país, Maru Campos, alcaldesa con licencia de la capital del estado de Chihuahua, podría convertirse en la gobernadora de esa entidad, por la coalición PAN-PRI-PRD, a pesar de tener en contra al mandatario estatal, Javier Corral Jurado. Nada más, nada menos, ayer se anunció que la exreina de belleza, Lupita Jones, competirá contra MORENA para buscar ser gobernadora de Baja California, por la misma “triple alianza”. Sonora no escapa a las mujeres destacadas y luchadoras. Petra Santos es un ejemplo de lucha con una trayectoria de cincuenta años en la izquierda y en el año 2015, Claudia Pavlovich se convirtió en la primera mujer en gobernar el estado. Nada más, nada menos, ayer un grupo de 20 compañeras periodistas sonorenses iniciaron una serie de encuentros que han denominado “Mujeres entrevistan Mujeres”, teniendo como primera invitada a Natalia Rivera Grijalva, quien ha sido considerada la mejor funcionaria del gabinete estatal y que recientemente ha sido víctima de ataques, que ella considera “en razón de género” y por ello anunció que impondrá denuncias ante las autoridades correspondientes. Y en efecto, este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y ya se organizan marchas, manifestaciones, encuentros, desencuentros y varios foros de análisis y exposiciones. Habrá mucha más presencia esta vez en el mundo, en México y en Sonora. El poder femenino es toda una realidad en la política. En los hogares su rol de poder e influencia, natural, es histórico y nadie lo discute. Mucho menos los hombres.