OPINION

Continúan las campañas con el ideal que todos anhelan: la unidad y la paz

Rumbos

Mario Rivas, columnistaCréditos: TRIBUNA
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AUNQUE NO LO PAREZCA, YO SOY — siempre lo he sido– un tipo muy afortunado. Algunos dirían que “bendecido”. Y creo que esto también es correcto.

He transitado a lo largo de más de 75 años por caminos y veredas pedregosos y algunos al filo de grandes precipicios. De niño y de adolescente, escapé de la muerte cuando desde un barranco en la Sierra Madre Occidental, en Durango, caí por un desfiladero hasta que el tronco de un pino contuvo la caída.

Un día acompañé a mi mamá al velorio de un pariente en una ranchería vecina y, típico en aquellas tierras donde no había orden ni ley, al filo de la media tarde los rancheros de las casas se enfrascan a balazos con un grupo de judiciales de Canelas que llegó a dar fe de los hechos.

Yo tenía 11 años y mi audacia era tan grande como mi imprudencia. Quedé en medio de la balacera de cuyos disparos quedó un salto de varios muertos y heridos. En esa absurda y estúpida masacre, murió el jefe de Grupo, tres elementos de la Judicial, varios heridos, y por parte de los habitantes de la ranchería, fallecieron un hermano del muerto, dos sobrinos y otro familiar que era cojo, quedó lesionado de una de las extremidades.

¿Qué cree usted que hizo el único judicial que resultó ileso?

Con el Máuser apuntándole al pecho, obligó al ranchero a subir a los heridos en varios caballos y mulas y así, herido, el pobre infeliz caminó por cerros y arroyos hasta el pueblo de Canelas.

Yo no saqué ni un rasguño.

Naturalmente, como automovilista, he sufrido algunos accidentes. En otros tiempos, por imprevistos familiares, solía viajar hasta Cuencamé, también en el estado de Durango, pero por caminos pavimentados, una vez al año. Quienes han recorrido la carretera Mazatlán—Durango, no me dejarán mentir.

Antes de la construcción de la nueva carretera, la vía anterior era muy estrecha y el asfalto siempre estaba para llorar. Habitualmente realizaba estos trayectos en autos viejos, con llantas muy usadas y máquinas en mal estado. Casi siempre eran autos de los llamados “chocolate”.

Nunca sufrí un solo accidente y mire usted que haciendo a vuelo de pájaro un recuento, fueron más de 60 viajes, contando los del regreso.

Aquí ya le he platicado de mi amistad con ADALBERTO ROSAS LÓPEZ. También he compartido con usted, algunas de mis experiencias al lado de él, en una época verdaderamente riesgosa, hasta el extremo de haber expuesto la vida de ambos.

Juntos realizamos una cruzada contra quienes se oponían al advenimiento de la democracia. Juntos, también, luchamos desde las páginas del periódico El observador, contra la violencia y la inseguridad.

Enfrentamos a los delincuentes que amparados por el propio Gobierno, atropellaban y golpeaban a ciudadanos impidiéndoles votar y se robaban las urnas con los votos. Un día fuí agredido por un grupo de chacales y la casa de ADALBERTO ROSAS, fue impactada por un proyectil de arma de grueso calibre.

Para entonces, él ya no era presidente municipal de Cajeme.

Pisamos callos de personajes poderosos.

Años después, lejanos los días de terror y andar cuidándonos las espaldas le pregunté a un amigo mío, jubilado como elemento de seguridad federal, si alguna vez él supo que se hubiese dado la orden de atentar contra el “Pelón” Rosas y contra mí.

Sin inmutarse, me respondió:

--Dos veces.

Adalberto era valiente. Yo no. Yo siempre he sido ciudadano común que ha estado situado en el lugar y tiempo equivocados.

Adalberto luchó con todas sus fuerzas contra aquellos que en su momento intentaban contravenir la paz en el sur de Sonora. Y yo, le seguí en ese ideal por convicción, mordiéndome mis miedos, mis temores.

Pasaron los años y los personajes que durante algún tiempo sembraron el temor en Cajeme y otras ciudades, se retiraron de la vida delictiva. Mi periódico fue destruido e hice la denuncia ante los medios nacionales. Los rijosos que intimidaban o golpeaban a pacíficos ciudadanos, o ya murieron o simplemente ya envejecieron.

Con el envejecimiento, se dice que llega la madurez y la paz espiritual. En mi caso no del todo.

Me ocurrió algo muy curioso: no me di cuenta en qué momento me hice viejo. Esta reflexión se la confié en una ocasión a un amigo que me llevaba varios años. Me preguntó en que basaba yo mi presunción para creer que no me enteré de que ya me había hecho viejo.

--Es que nunca he dejado de sentirme joven. Hasta la fecha—le respondí.

Por eso, lo que digo: siempre me he considerado un tipo afortunado, y bendecido. Y a estas alturas de la vida, señor mío, lo que pudiese venir, ¡bah!, pelillos a la mar.

En fin, así las cosas, así es la vida.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ ¡Y AGÁRRATE, ¡GENOVEVA, QUE VAMOS A GALOPAR! Se reinician las campañas, aunque a ciencia cierta una Campaña política nunca paraliza su activismo proselitista hasta que se acaba…

Como sea, desde ayer hubo ciertas actividades en las distintas trincheras partidistas…. A esta columna llegó ayer el reporte de una rueda de prensa a la que convocó por la mañana ANABEL ACOSTA ISLAS candidata aliancista a la Presidencia Municipal cajemense…

Me llamó la atención que el texto empieza resaltando una “nueva dirección es la que toma a partir de hoy la campaña de Anabel Acosta Islas”…

La gente que simpatiza con Anabel, su propio equipo, van por la unidad y la paz para construir el Sonora que, cual dijera el historiador BULMARO PACHECO, “se nos fue” …. Ni hablar: cada partido tiene su propio ideal, su propio pensamiento… Y creo yo que en estos momentos la paz es una mercancía que todos deseamos tener en casa….

La paz y la unidad….

DE JAVIER LAMARQUE no tuve ayer información y tampoco de RODRIGO BOURS, aunque sé que ambos han estado muy activos, sin dejar de solidarizarse en la terrible tragedia que a todos ha golpeado….

Pues sí: la política siempre ha sido factor de pasiones y reyertas, y su espíritu beligerante no es una cuestión de civilización sino de poder, porque el poder significa pasión y coraje y la historia universal nos ha enseñado que lo mejor pero también lo peor de nosotros siempre está a flor de piel cuando brotan las pasiones y los pueblos se desangran en guerras fratricidas….

Por eso, caro lector, el nuevo lema que a partir de ayer lleva ya la campaña de ANABEL ACOSTA, unidad y paz, encierra un gran valor y una gran intención….

MIENTRAS TANTO, ME PREGUNTAN algunos cajemenses que fueron amigos del exalcalde de Yécora ISAUL HOLGUÍN VALENZUELA, que a qué se debió su deceso, pues en la esquela dicen que no hay ese dato….

Me disculpo sinceramente por la omisión. Mía es la culpa. El señor ISAUL HOLGUÍN VALENZUELA, murió relativamente joven, por COVID-19….

Que en paz descanse….

POR CIERTO, EN GUAYMAS LO que se ha movido en política, la verdad es que no concita a la emoción … Me parece que no es culpa de nadie en particular sino de las circunstancias… Ni el candidato Alianza x Sonora, para la municipal guaymense, ROGELIO SÁNCHEZ DE LA VEGA, ni RODOLFO LIZÁRRAGA, ni SARA VALLE DESSENS, ni... Ni el que usted quiera mencionar, es capaz de ponerle emotividad a todo esto… Falta de tiempo, no es fácil restañar heridas de una semana a otra…. No es fácil…

Es todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com