OPINION

Anotaciones sobre la crisis del PRI en Sonora

Columna de opinión de Bulmaro PachecoCréditos: TRIBUNA
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La actual crisis que enfrentan los partidos PRI PAN y PRD en Sonora tiene claros antecedentes y orígenes.

El PAN, por su salida del poder en 2015. Duró solo un sexenio en el gobierno de Sonora, cuando sus miembros más conspicuos hablaban de que permanecerían mínimo tres. Llevan siete años sin hacer autocrítica y con una mínima representación en Sonora. Su bancada de cuatro diputados locales perdió a su original coordinador: Ernesto Munro Jr., que en una decisión fuera de lugar se pasó al Partido Encuentro Solidario (El nuevo dirigente panista Gildardo Real lo había sustituido por la diputada Alejandra López, de intensa carrera en el legislativo).

Sufrió antes también la baja de panistas históricos como Gustavo de Unanue, padre e hijo, Shirley Vásquez, entre otros muchos, además de Humberto Souza, que le disputó la dirigencia a Gildardo Real en diciembre y que decir de Célida López y Dolores del Río.

El PRD solo cuenta con un ayuntamiento (Bacoachi), diez regidurías y una diputación local de representación proporcional. Casi toda la militancia perredista se vació hacia Morena. El partido había perdido el registro local en el 2018 y lo recuperó con la alianza en el 2021.

Al PRD le ha afectado sensiblemente la aparición de otras opciones de izquierda, como el Partido del Trabajo, que han merecido más apoyos de los gobiernos y más impulsos al trabajo partidista, aunque sigan creyendo en Corea del Norte y las dictaduras rusa y cubana.

Hay que recordar que el PT —que no sabemos donde están los trabajadores que dice representar—había perdido el registro nacional en 2015, pero lo salvó el PRI con votos de una elección extraordinaria de diputado federal en Aguascalientes, lo que le permitió seguir con vida, gracias a Enrique Peña Nieto y Miguel Osorio Chong. ¿Recordarán eso?

En Sonora el PT es la quinta fuerza política, el PAN la tercera y el PRD se ubica en la octava posición.

El PRI perdió la gubernatura de Sonora por primera vez en 2009, pero no perdió el Legislativo e importantes ayuntamientos. Y no se dividió. Aun cuando a nivel nacional gobernaba el PAN el PRI, todavía contaba con un importante número de gobernadores y legisladores, que contribuyeron a mantener las estructuras partidistas en regiones donde gobernaba la oposición. Resolvió con gritos y sombrerazos, pero en paz, la elección de su dirigencia estatal en 2010 y ganó la elección de senadores del 2012 después de haberla perdido en dos ocasiones.

Por la enorme corrupción, bien explotada políticamente del sexenio padrecista, y por la vuelta al poder presidencial en el 2012 con Enrique Peña Nieto, la sucesión del 2015 se resolvió a favor del PRI. Gracias también —entre otros factores— a la disciplina y colaboración de Ernesto Gándara y Antonio Astiazarán —los aspirantes que se quedaron en el camino ese año—, que se sumaron a la campaña de Claudia Pavlovich que ganaría por una buena diferencia en votos contra ex priista convertido al PAN Javier Gándara Magaña.

En 2018 se presenta de nuevo una crisis en el PRI al negarle el registro a Antonio Astiazarán como candidato al Senado, y quien ya había sido alcalde de Guaymas, funcionario público y diputado federal en dos ocasiones. Era la primera ocasión en la historia del PRI en Sonora que se daba una ruptura por la candidatura al Senado. Esa ruptura le costó al PRI 236 mil votos en la elección del 2018.

En 2021 el PRI vuelve a perder la gubernatura, con un margen mayor al de las 2009. ¿Razones? Principalmente el efecto López Obrador, que todavía pesó en esa elección; una alianza muy defectuosa del PRI con el PAN y el PRD; y la abstención casi total de la gobernadora Claudia Pavlovich para apoyar a su partido y a su candidato; quizá cuidando las formas, pero también —se sospechó— en una franca alianza con el presidente de la República, lo que se probaría después con su nombramiento de cónsul de México en Barcelona. Al final de la elección del 2021 y con el triunfo de Alfonso Durazo el PRI estatal quedó suelto, entre la negativa de Ernesto Gándara a asumir su rol de líder opositor —y el más votado— a través del PRI, y la pretensión de la gobernadora Pavlovich por imponer dirigente estatal antes de dejar el poder en septiembre de ese año.

También influyó la tardanza y el desdén del CEN del PRI en revisar el caso Sonora, quizá pensando en la asamblea nacional de ese año y en la selección de candidaturas en los seis estados que tuvieron elección en junio del 2022.

La indefinición acerca del perfil del nuevo liderazgo del PRI en el estado por parte del CEN, la abstención de Gándara y la expulsión de Claudia Pavlovich del PRI provocaron que subieran a la palestra nombres de personajes cercanos a la ex gobernadora (un secretario de Desarrollo Social, un exdirector del Istessson, un subsecretario de Gobierno y otro de Educación, una directora general de Alcoholes, uno más de Catastro, entre otros), que empezaron a dar la batalla en los medios de comunicación buscando ser tomados en cuenta como aspirantes. Ninguno de ellos, salvo uno, criticaron la decisión de la ex gobernadora de aceptar un cargo en el gobierno de la llamada 4T. Los demás callaron.

La Batalla por el CDE se tornó entonces en una reacción del grupo de la ex gobernadora y sus beneficiarios económicos para quedarse con el PRI y negociar con Durazo, contra quienes apelando al relevo del grupo de Pavlovich, confiaron en la dirigencia nacional para que mediara y evitara los excesos de años recientes.

En el mes de mayo el CEN envía un delegado especial para el manejo del proceso, que se tornó ríspido por las características de la convocatoria un mal manejo político y por inconformidades manifiestas entre los participantes acerca del “piso parejo”

El proceso lo resuelve el CEN eligiendo a Onésimo Aguilera e Iris Sánchez, que solo duran poco más de un mes en la dirigencia.

Pretextando la decisión del CEN se anuncian las renuncias al PRI de los diputados Ernesto de Lucas y Natalia Rivera afirmando que se van se van a Movimiento Ciudadano.

A decir de la militancia priista, fueron esos diputados, dos cuadros políticos excepcionalmente bien tratados por las oportunidades que se les dieron en el PRI y por haber recibido mucho más de lo que aportaron. Otra despistada legisladora del PRI afirmaría después que iba a esperar la decisión del tribunal! para ver si se iba ¡a otro partido! (sic)

Varios alcaldes del PRI invitados a sumarse en paquete a Movimiento Ciudadano se negaron y la salida de priistas no tuvo el efecto que esperaban los promotores de la migración.

El grupo inconforme con la decisión del CEN impugnó ante el Tribunal Estatal Electoral y tiempo después— en una decisión que ya se esperaba dadas las características del actual TEE— logró que se reconocieran los derechos a participar a Zaira Fernández y Pascual Soto. El Tribunal local ordenó reponer el proceso.

Esa decisión ha sido impugnada ahora ante la sala regional del TEPJF en Guadalajara por el CEN del PRI y la fórmula desplazada.

¿Qué va a pasar con el PRI de Sonora en su actual crisis?. Los tiempos electorales ya están encima y en el 2023 todos los partidos locales deberán enfocarse en seleccionar a más de100 candidatos competitivos (72 ayuntamientos, 21 distritos locales, 7 diputados federales y dos candidaturas a las senadurías), para dar la batalla en 2024, y en septiembre del año entrante se instalarán los organismos electorales encargados de la próxima elección. La pelota ahora está en la cancha del CEN del PRI, que deberá en los próximos días, designar un delegado en funciones de Presidente provisional del CDE para hacerse cargo del partido. La otra, está en la decisión de la sala Guadalajara del TEPJF.

En la actual crisis del partido deberán prevalecer la política y el derecho. La política para sumar, conciliar, consultar, dialogar y evitar las fracturas.

EL PRI deberá hacer un esfuerzo para evitar simulaciones y conflictos porque— hacia el 2024— ya no tendrá tiempo para reponerse.

Cualesquiera que sean las decisiones del CEN y del TEPJF será muy difícil evitar la división en un ambiente tan polarizado. En un contexto así y con las decisiones en curso, nunca sabremos bien a bien quién ganará pero sí quien perderá. Por eso urge la política…ese remedio tan cuestionado, pero tan útil y necesario en la época actual.

bulmarop@gmail.com