León, Guanajuato.- El pasado 7 de mayo, dos alumnos de sexto grado de primaria fueron intoxicados con Clonazepam en la Escuela José Chávez Morado, turno vespertino, por lo que hasta este momento se presume que podría tratarse de un caso de acoso escolar, ya que algunos familiares de las víctimas aseguran que las agresiones físicas en el plantel son, en realidad, bastante frecuentes.
La situación ocurrió en el plantel ubicado en la colonia Agua Azul, en León, Guanajuato, por lo que, según información de Infobae, los menores consumieron una bebida que incluía la sustancia y poco a poco comenzaron a desvanecerse, situación que ocasionó su traslado al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al parecer, ninguno de los dos implicados presentará secuelas.
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No obstante, el hecho fue confirmado por la Secretaría de Salud de Guanajuato; a su vez, en el caso están involucrados tanto la Procuraduría Estatal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PEPNNA), como la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, por lo que las investigaciones recién comenzaron para descubrir de dónde proviene ese medicamento y encontrar a los culpables.
De hecho, todo se destapó cuando un familiar de las víctimas realizó una publicación en redes sociales, misma persona que explicó en su escrito que la bebida había sido intencionalmente adulterada por un compañero, quien, después de hacerlo, se la ofreció a los menores. Por su parte, la acusación se hizo más grave cuando salieron más padres de familia a respaldar la versión, pues dicen que hay mucha violencia en la institución.
Finalmente, de acuerdo con datos extraídos de la Secretaría de Educación Pública, las agresiones físicas iniciadas en escuelas suelen dividirse en tres: primero está el acoso verbal, que consiste en expresar de manera directa o indirecta entre las alumnas y/o alumnos palabras desagradables o agresivas. Sumado a esto, el acoso social es cuando se margina a un niño y, por último, el acoso físico, que incluye golpes y pleitos.
Fuente: Tribuna