Ciudad Obregón, Sonora.- En estos tiempos vacacionales no es extraño escuchar los nombres de San Carlos, Huatabampito e incluso Mazatlán. Sin embargo, hace 30 años existió otro lugar al cual los sonorenses y turistas internacionales visitaban casi de manera ceremonial: la Isla Huivulai.
Esta isla pertenece el municipio de Cajeme y se encuentra a 40 minutos de Ciudad Obregón, fue el pináculo de recreación de las décadas de los 80s y 90s; era conocida por las olas tranquilas del mar de Cortés y por sus dunas de arena. Los visitantes, que llegaban de varias partes de Sonora, así como de Estados Unidos, disfrutaban de actividades playeras como voleibol, buceo, y vuelos en ala delta.
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En 1963, el ingeniero Eduardo Patiño Benet construyó un camino que conectaría Huivulai con la Bahía del Tóbari, ubicada en el sur de Sonora. Gracias a esto, los turistas pudieron, por primera vez, ingresar en carro a la isla.
- Trasfondo
Durante décadas, la isla fue el punto turístico predilecto para aproximadamente cien mil personas de manera anual, sin embargo, en 1993, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes expropió el camino a la isla.
Debido al abandono de las autoridades que lo confiscaron, así como del robo de piedras y materiales del camino, este acceso se deterioró al punto en que fue imposible de utilizar. En 2011, la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ordenó la destrucción de lo que restaba del camino. Hoy en día, el paso a la isla es solo posible a través de medios marítimos.
- Actualmente
Para ingresar, las personas necesitan alquilar una lancha desde la Bahía del Tóbari, por lo que la cantidad de visitantes se ha reducido grandemente en comparación de hace décadas.
Huivulai ha perdido el brillo que alguna vez tuvo; su belleza permanece, pero su potencial turístico y recreativo para las personas del sur de Sonora, se desperdicia cada vez más con el paso de los años.