MÉXICO

Ser mamá…¿pero a qué costo? Mujeres pierden empleo e ingresos por embarazarse

Después de tener un hijo son pocas las mamás que se reincorporan al mundo laboral; las que vuelven son ‘castigadas’ con bajos salarios o sufren de discriminación a esto se le llama ‘penalización por ser madre’

Ser mamá…¿pero a qué costo? Mujeres pierden empleo e ingresos por embarazarseCréditos: TRIBUNA
Escrito en SONORA el

Ciudad Obregón, Sonora.- Al ver la prueba positiva de embarazo Laura sabía que todo en su vida cambiaría. Su relación sentimental, su vida con sus padres, su amistad con sus amigas y su empleo...Todo lo anterior le provocó distintas emociones positivas, pero el pensar en su trabajo le hizo sentir el estómago revuelto, su vida laboral se había terminado.

Laura no es la única mamá a la que el embarazarse le ha costado su desarrollo profesional, de hecho el fenómeno llamado ‘Penalización por ser madre’ evidencia que antes de dar a luz las mujeres ya atraviesan un tipo de “castigo”; de las mujeres que salen del mercado laboral antes de dar a luz muchas ya no regresan y de las que lo hacen jamás recuperan su nivel de ingresos anterior. 

  • “Culpa por elegir” 

A Laura le había costado “sudor y muchas lágrimas” el poder terminar la carrera, graduarse y encontrar un trabajo que le permitiera aportar en los gastos de la casa. Era su primer trabajo y había visto que sus compañeras que salieron embarazadas ya no volvieron a trabajar. “Por mi familia fui bien recibida, no era un embarazo planeado es cierto, pero no era lo peor del mundo. Me sentía bien, yo siempre tuve dentro de mis planes ser mamá, así que no era eso lo que me preocupaba, sino el trabajo. A mi me gustaba mi trabajo, y por ello estudié y me preparé.

Es una culpa terrible tener que elegir entre tu vida profesional o tus hijos”.  Al contarlo en su trabajo le dijeron que no se preocupara “en recursos humanos me dijeron que todo estaba bien y que cuando no pudiera ir a trabajar me darían mis incapacidades y después de tenerlo serían mis tres meses por ley”, pero dos semanas después fue despedida en un ‘recorte’ sorpresivo. “A nadie más recortaron, solo a mi, era porque mi productividad no sería la misma por tener un hijo”.

Después de tener a su hijo Laura intentó tener otros trabajos en muchos le preguntaban si era mamá o la juzgaban, “ni siquiera me daban el trabajo cuando ya me estaban diciendo que no iba a poder ir a los festivales de mi hijo o salir por él a la escuela”.  El niño de Laura ya tiene 7 años, ella no volvió a trabajar, “vivimos justos con lo que mi esposo aporta a la casa, es un buen hombre y le agradezco, pero más allá del dinero yo quisiera retomar mi carrera y crecimiento personal”. 

  • “¿Cuánto cuesta la maternidad?” 

El estudio llamado ‘El efecto de la maternidad en el empleo y los salarios en México’, realizado por los investigadores mexicanos Raymundo Campos-Vazquez, Carolina Rivas-Herrera, Eduardo Alcaraz y Luis A. Martínez en base a datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aborda el fenómeno que sucede cuando una mujer se embaraza y el castigo que recibirá en el mundo laboral. Los resultados demuestran que después de tener a su primer hijo pocas madres se reincorporan al mercado, incluso seis años después de tener al hijo hay menos mujeres trabajando que en comparación con el periodo previo. 

En entrevista con TRIBUNA Campos-Vazquez explica que ‘penalización’ se entiende como un castigo al momento o alrededor del nacimiento del hijo. Para poder conocer el impacto y el por qué, el grupo de investigadores analizaron la trayectoria laboral de las mujeres/madres durante años, antes y después del nacimiento de su hijo y los compararon con los padres/mujeres que no son madres. En un segundo caso asignaron la fecha de nacimiento de un hijo ficticio y usaron criterios sociodemográficos para tener una aproximación.

Justo cuando es el embarazo de las futuras madres empieza a reducirse la participación laboral y se agrava justo en el nacimiento del hijo, incluso seis años después de tener al hijo las mujeres están menos insertadas al mercado laboral, que una antes de embarazarse, es decir, las mujeres pierden empleo y pierden ingreso”, comenta Campos-Vazquez.

  • El costo (económico y laboral) de ser madre 

Elena Maldonado después de tener a sus dos hijos sí regresó a trabajar, un tormentoso divorcio y la falta de responsabilidad de su expareja a sus obligaciones como padre, la empujaron a tener que salir a ganarse “las tortillas”. “No es que yo no quisiera trabajar porque estaba muy cómoda en mi casa como ama de llaves, ¡no no no! Para nada, porque ser mamá es una friega y nadie valora eso. Además cuando salí embarazada lo primero que me dijo Eduardo (su exmarido) fue ¡no trabajes! Desde ahí estamos mal, me deje llevar por una cultura machista”. 

Tiempo después cuando salió a buscar empleo se vio afectada por uno de los motivos más fuertes de la ‘Penalización por ser madre’  la: discriminación. Elena tuvo que negar a sus hijos para que la aceptaran en un trabajo donde después de enterarse que era mamá le cambiaron los horarios para que renunciara.

Cuando una empresa me preguntaba ‘¿tienes hijos?’ ‘¿estás casada?’ y yo respondía que sí pero que estaba divorciada, y era como si les dijera que me gustaba asesinar personas jajaja, se asustaban y me cerraban las puertas. El sistema obliga a las mamás a aceptar trabajos mal pagados donde te pones una verdadera friega por mil 800 pesos a la quincena”.

El reclamo de Elena es similar al de muchas mujeres “yo no quise dejar de trabajar”. Durante casi dos años estuvo deambulando por varias empresas siempre con el mismo final, la corrían por ser mamá o se veía obligada a renunciar por las circunstancias. En eso también abunda el investigador Raymundo Campos-Vazquez, las razones externas que causan la penalización.

Muchos me decían ‘es que ellas dejan de trabajar, no es que nadie las obligue’ y eso es cierto no podemos saber qué (...) pero es mucho más importante las razones externas que las propias razones, ¿y cuáles son las razones externas? 1) la discriminación, si hay evidencia de que cuando estan embarazas las mujeres hay un acoso en el trabajo para que dejen el empleo”.

Afirma, como se había mencionado antes, que la penalización es mucho más grande para mujeres casadas y con bajos ingresos, “porque posiblemente las razones sociales o presiones culturales son factores, pero también hay razones externas como el con quién dejar a los hijos o si tenemos una guardería de calidad o también el transporte”. 

  • “Las mamás también merecemos trabajar”

Para Rosalba Armenta su bebé no vino con una “torta bajo el brazo” como comúnmente dicen sino que trajo una serie de “problemas” que le obligaron a aguantar maltrato de su expareja por no poder trabajar. “Me embaracé, iba a tener mis tres meses de permiso como ley, todo estaba bien, pero mi hijo nació con síndrome de Down, era muy difícil que yo fuera a regresar a mi trabajo como secretaria porque iba a estar pidiendo permisos constantemente  y mejor renuncie. Mi entonces esposo dijo que no me preocupara que saldríamos adelante, pero yo creo que sí le afectó bastante que no tuviera pues a su hijo normal”.

Al año del nacimiento de su bebé la relación se volvió un ‘calvario’ para Rosalba y soportaba reclamos como “ni siquiera puedes hacer un hijo bien” o “ya no te voy a dar dinero”. Ella sabía que la única manera de salir de allí era volver a trabajar y ser independiente en todos los aspectos. “Busqué y busqué y busqué, el mundo laboral para las mamás cada vez es más complicado. Acepté limpiar casas y a mi bebé me lo cuidaba una amiga a la que le agradezco mucho”.

Tras años de batalla Rosalba ha conseguido poco a poco entrar en el mundo laboral, pero sigue sufriendo la penalización de ser mamá, “no me lo dicen, pero mis jefes consideran para otros puestos a mis compañeras que no tienen niños, incluso a algunas les pagan mejor. A veces también soy excluida con comentarios tipo ‘Rosalba no puede porque tiene que ir por su hijo’ o castigos si necesito de muchos permisos para llevar a mi hijo al doctor. Sí se sufre por ser madre”.