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Crisis de agua: Estrés hídrico en Sonora pone en jaque el futuro de los habitantes

No sólo se trata de sequía, ni siquiera de captación en las presas, sino de una demanda que supera con creces la oferta de agua; la situación no pinta bien y la autoridad parece estar ensimismada, a la espera de un milagro

Estrés hídrico en Sonora pone en jaque el futuro de los ciudadanosCréditos: Internet
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Cajeme, Sonora.- Teóricamente, cada uno de los ciudadanos en el mundo debe tener disponibles anualmente 2500 metros cúbicos de agua apta para el consumo, de no ser así se encuentra entre las casi dos personas de cada diez que sufren estrés hídrico en el mundo… y en Sonora.

De acuerdo a datos oficiales, Sonora se ubica entre los estados con mayor estrés hídrico (cuando la demanda de agua supera la cantidad disponible), lo que permite dimensionar la crítica situación que se vive con respecto al acceso al agua: y no sólo para los habitantes, sino también para la industria y el campo.

Sonora se ubica entre las entidades con mayor estés hídrico. Foto: Internet

De hecho, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) alertó desde hace una década que para el 2030 la región norte del país, incluyendo a Sonora, habrá escasez física de agua, por lo que la necesidad de establecer nuevos parámetros y condiciones para su uso resulta fundamental y urgente.

No habrá agua en la región Norte de México, por más que haya millones y millones de pesos no habrá agua, se prevé escasez física total, el Noroeste de México y parte del Sur de Estados Unidos tienen escasez física de agua”, dijo la investigadora Dolores Barrientos.

Datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) proyectan que, para 2030, cada sonorense tendrá tan sólo 1623 metros cúbicos de agua renovable a disposición, muy lejos de los 2421 que gozaba en 2017; con estos números el estrés hídrico se ubicará en un rango muy alto según los estándares internacionales.

Eduardo Vázquez, miembro de la organización Agua Capital, asegura que este indicio no sólo es preocupante, sino crítico: “ya hoy por hoy casi el 80 por ciento de la población vive en zonas donde el agua es insuficiente, donde la demanda es mucho mayor que la recarga de los mantos”, al tiempo de asegurar que al menos diez millones de mexicanos sencillamente ya no tienen acceso alguno al líquido.

“Esto es sencillo y a la vez cruel: estamos sacando el agua de los mantos acuíferos, los cuales no tienen recarga, entonces eso es darnos un tiro en el pie porque nos manejamos con las que deberían de ser nuestras reservas, pero en realidad las usamos como de uso diario, lo cual es insostenible en el tiempo”, expuso el investigador Francisco Valdés.

  • Problemas

Para Sonora el estrés hídrico es producto de varias situaciones. Por un lado, está la poca captación de lluvia, es decir, una sequía que ya forma parte de su cotidianeidad, aunque no tendría por qué ser así, pero se ha hecho todo lo que no debería por parte de las autoridades y los ciudadanos.

Si no existe una política real para el cuidado del agua, para su gestión completa, entonces estamos sólo administrando, y mal, un recurso finito; la sequía no es solo porque la naturaleza la disponga, sino el resultado de una ausencia de políticas públicas, decisiones y prevenciones adecuadas”, explica Barrientos.

La Conagua detalla que de los últimos 222 meses (enero de 2003 a la fecha), tan sólo en 76 de ellos el estado no ha sufrido algún tipo de sequía, lo que revela una tendencia sumamente compleja, poco atendida y, de acuerdo con los expertos, mal comprendida.

Pero eso no es todo, pues el estado tiene a la mayoría de sus acuíferos más importantes en horas bajas; el mapa de monitoreo nacional no miente y coloca al estado con 19 de ellos en rojo, es decir con volúmenes negativos: secos. En este caso son Hermosillo, Guaymas y Caborca donde el panorama asoma peor, tan sólo en la capital el déficit es de 96 mil millones de litros de agua.

También está en la explotación agrícola e industrial, que abonan a la crisis con altos niveles de extracción sin que exista no sólo un control, sino una planeación de sustentabilidad en muchos casos, como argumenta Valdés.

Hay industrias y agroindustrias con mucho apego por a sustentabilidad y la reutilización de los recursos, pero son las menos, y ahí hay un problema mayúsculo para ciudades y estados”, dijo el investigador.

En Sonora, el campo se lleva 88% del agua de uso, ocho veces más que lo destinado a las viviendas y al uso común, algo del todo desproporcionado y muy por encima del 70% del promedio nacional.

Lo anterior también se refleja en la ausencia de agua en las presas (la mayoría no supera el 30%), pero también en los grifos de las casas o en los campos de los pequeños productores.

Fuente: Tribuna