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Un viaje al desierto de Sonora en el que se puede vivir la euforia

Una de las ventajas del desierto es que en él no puede haber distracciones porque se encuentra la naturaleza en su estado más esencial.

Un viaje al desierto de Sonora en el que se puede vivir la euforia.
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Cajeme, Sonora.-  Solo hay tierra y cielo. Cada cosa que tiene movimiento se convierte en un centro de interés porque su ausencia es lo habitual. Vamos de viaje al desierto de Sonora donde, si te estás quieta durante un rato, podrás ver hasta cómo se mueve tu sombra. 

En este viaje solo nos acompañarán los cactus. No se necesita mucho más. Igual que si buscas ofertas para jugar en el casino online, solo necesitas esta web donde están las mejores. No se puede mirar el sol de frente porque es más abrasador que en ningún otro sitio, así que solo se podrá apreciar su halo. 

El árido desierto que une México y Estados Unidos

Se llama Desierto de Sonora, con un solo nombre, pero en realidad sus fronteras incluyen a cuatro estados. Por el lado de Estados Unidos, el desierto cubre la parte sureste de California y gran parte de Arizona; por el de México, ocupa mucho de Baja California y de nuestro estado estrella que lleva su nombre, Sonora.

Es una zona única en el mundo y diferente a otros desiertos. En él se puede disfrutar de vientos templados gracias al Pacífico. También, a diferencia de otros, Sonora tiene un régimen especial de lluvias. Pero lo más sorprendente son las columnas que se pueden ver aquí o allí. Por no hablar de los cactus solitarios, conocidos como saguaro, que parecen también monumentos individuales. Otros crecen unidos los unos a los otros, como si fueran el órgano de una catedral. 

Lo mejor para explorar la zona es alquilar un coche y lanzarse a recorrer la zona. Dentro de algunos cactus, en sus huecos, podremos llegar a observar búhos si nos movemos con mucho cuidado, despacio y sin hacer ruido. También merece la pena pararse a observar la flor que nace de la punta de algunas especies. 

Otro de los elementos que se observan en el desierto de Sonora son los espejismos. Se pueden llegar a ver las llamadas islas celestes, que aparecen cuando se mira con atención las montañas. En algunas zonas, la temperatura puede ser muy elevada. Se alcanzan los cuarenta grados, puede que incluso un poco más. El clima puede resultar agradable si no hay viento, porque la humedad es muy baja. 

La tierra de los quechuas y la paz

El desierto de Sonora tuvo habitantes mucho antes de estar separados entre cuatro estados y dos países. En sus tierras habitaban los quechuas, una tribu primitiva que tenía la paz por bandera. ¿Y cómo sobrevivían? Se alimentaban de las raíces de algunas plantas y también consumían a los escasos roedores que vivían en la zona. 

Después, los españoles, a través de sus misioneros, quisieron invadir la zona y convertir a los quechuas a la religión cristiana católica. Habían llegado allí movidos por la fiebre del oro, que llevó a miles de europeos a querer conquistar todo el continente e imponer sus formas de vida. Hasta tres mil locales llegaron a estar encarcelados en este desierto. 

Para que tanta gente sobreviviera fue imprescindible la presencia de un río. En la parte norte, en lo que hoy es Estados Unidos, fluía y fluye el Colorado, que luce aguas de un color verde difícil de describir que siempre están frescas. Si hace demasiado calor, el baño es muy recomendable. Los animales lo tienen algo más difícil para sobrevivir, como señalan los ganaderos de la región del Mayo, que viven una temporada de vacas flacas.

Así que para que la vida mientras se viaja por el desierto sea cómoda, hay que tener en cuenta algunas precauciones. Lo primero es tener lleno el depósito de combustible del auto, para no quedarse tirados en medio del desierto, literalmente. Y si disponemos de aire acondicionado, aún mejor. 

Otra de las recomendaciones de sentido común es llevar bebida y agua suficiente para un par de días, si no tenemos previsto llegar a alguna de las ciudades próximas donde poder descansar en un hotel. También es recomendable un mapa por si hay zonas sin cobertura, en las que el GPS no pueda orientarnos. Nos puede salvar, ya que en él aparecen todas las rutas, las carreteras centrales, y las ciudades donde podremos no solo dormir, sino también recargar las provisiones de comida y bebida y cargar combustible.

Las dudas sobre las gasolineras en el desierto

Tener preguntas sobre la posibilidad de disponer de combustible en nuestro coche al hacer una travesía por el desierto no es un tema baladí. Muchas de las estaciones de servicio que aparecen en el mapa puede que lleven incluso años cerradas. Si no tienes mucha gasolina en el depósito, puede que te asalten las dudas en ese momento y te preguntes si debes seguir adelante, o retroceder hasta la última que viste. 

Para disfrutar de la libertad del desierto por todos los poros, mi recomendación es que siempre que veas una gasolinera, pares y llenes el depósito hasta la última gota. Es la manera de asegurarte de que podrás disfrutar plenamente de las colinas color rojo, de las lagunas de sal y de una carretera que parece no acabarse nunca. También del viento que a veces es abrasador, por qué no. Querrás bajar la ventanilla y convertirte en un habitante más.

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