Ciudad de México.- Una de las secuelas más molestas que deja el coronavirus es la pérdida del olfato, que puede permanecer en el paciente recuperado incluso durante varios meses después. Al inicio de la pandemia, cuando los síntomas y respuesta del sistema inmunológico eran novedosos y campo de investigación, las autoridades de salud atribuyeron que no percibir los olores como antes se debía a "un edema en el nivel de la hendidura olfativa", sin embargo, la explicación dio un giro.
Se creía que la anosmia se relacionaba con que hinchazón al interior del sistema respiratorio impedía el paso de moléculas "del olor a las células nerviosas olfativas", sin embargo, centros franceses como el CNRS, Instituto Pasteur, Inserm y la Universidad de París han publicado el resultado de sus estudios que contradicen este supuesto.
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La respuesta y culpables de la alteración del olfato son en realidad las neuronas sensoriales, las cuales se infectan en consecuencia del Covid-19 y a su vez, ello genera un aumento de células inmunitarias en el órgano sensorial. Esto desencadena de una "inflamación persistente del epitelio olfativo y del sistema nervioso olfativo", que puede durar más de seis meses.
Hemos constatado que las neuronas sensoriales resultan infectadas por el SARS-CoV-2, así como el nervio olfativo y los centros nerviosos olfativos en el cerebro", explica Pierre-Marie Lledo, coautor del estudio publicado en la revista Science Translational Medicine.
Por si fuera poco, los expertos detectaron que dicha infección de las neuronas puede "constituir una puerta de entrada al cerebro", lo cual aclararía el porqué algunas personas sufren ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos, tras haberse contagiado de coronavirus.
Fuente: Gestión