Ciudad de México.- Bitcoin ha ido perdiendo valor hasta situarse en torno a los 20.000 dólares y los analistas vaticinan que este no será su suelo, ya que ven posible una caída en torno a los 12.000 dólares, antes de siquiera vislumbrar el inicio de un posible nuevo período alcista.
Tesla y Bitcoin
El CEO de Tesla, Elon Musk, fue protagonista el pasado 2021 de una serie de manifestaciones en torno a Bitcoin y otras criptomonedas que fueron seguidas tanto por movimientos alcistas como bajistas de la criptomoneda. Las críticas llovieron sobre él y fue acusado por muchos de intentar manipular el mercado, según su conveniencia, por medio de sus declaraciones.
La realidad es que tras realizar una inversión en Bitcoin de 1.500 millones de dólares, el actual desplome de la criptomoneda ha supuesto una pérdida para el fabricante de cientos de millones de dólares.
MicroStrategy sigue comprando
A pesar de lo mucho que se ha hablado de la compañía fabricante de coches eléctricos y de su inversión en la popular criptomoneda, Tesla no fue pionera en la compra de Bitcoin. Una de las primeras empresas en lanzarse a la compra de criptomonedas fue la productora de software MicroStrategy y, a pesar de la crítica situación que atraviesa Bitcoin, la compañía se ha reafirmado en su perspectiva alcista, demostrando su confianza con la compra de la nada despreciable cantidad de 480 bitcoins, lo que la convierte en la empresa con mayor número de bitcoins en su haber.
La caída en picado de la criptomoneda ha supuesto grandes pérdidas para quienes invirtieron en ellas siguiendo la tendencia cripto, sin mucho juicio y demasiada prisa por obtener ganancias. Pero, sin embargo, otros inversores, los holders, aguardan pacientes una recuperación en la que confían y que aseguran se producirá tarde o temprano.
Estos inversores, han depositado su capital en la criptomoneda, pero a diferencia de los inversores impacientes con ansias de rápidas ganancias, ellos se muestran tranquilos por un lado, porque la inversión realizada ha sido cuidadosamente medida para no afectar a sus necesidades económicas diarias, y por otro lado, porque son conocedores de los diferentes ciclos alcista y bajista que ha experimentado el recorrido de Bitcoin desde sus inicios y hasta el día de hoy y su inversión está realizada con perspectiva de futuro, surfeando el pánico de la caída y aguardando estoicamente una próxima recuperación, porque están convencidos de su potencial.
Los especuladores abandonan el mercado
Según manifiestan los analistas, los especuladores a corto plazo suponen la práctica totalidad de las ventas realizadas de Bitcoin a lo largo de las últimas semanas. Hecho que habría llevado a la criptomoneda a tocar suelo en torno a los 20.000 dólares.
Y es que estos comerciantes minoristas, habrían comprado con la intención de llevar a cabo una estrategia de obtención de beneficios en el corto plazo pero, lo cierto es que este tipo de operaciones son extremadamente vulnerables ante los eventos macroeconómicos como el que se está produciendo ante la política monetaria llevada a cabo por la FED, retirando liquidez para tratar de combatir la elevada tasa de inflación.
Los inversores a largo plazo y su posibilidad de éxito
Sin embargo, los tenedores a largo plazo no sienten esa presión, pues están convencidos de que el éxito de este tipo de inversiones se basa en la calma y en la toma de decisiones conscientes y estudiadas y se mantienen a la espera de que el precio de su criptomoneda se incremente con el tiempo.
Lo cierto es que el mercado de las criptomonedas es aún muy reciente en comparación con la Bolsa de Valores, cuyo funcionamiento se halla institucionalizado, legislado y organizado desde hace mucho tiempo.
Al mercado de las criptomonedas aún le queda mucho por desarrollar, pero para muchos representa el futuro y afirman que su papel en la economía se hará cada vez más importante en detrimento del mercado de valores.
De hecho, a juicio de los analistas, el hecho de que los inversores mantengan sus tenencias en criptomonedas, constituye la prueba definitiva de la confianza y la convicción de que llegará a constituirse como una alternativa al dinero, alcanzando el estatus de oro digital.