Londres, Inglaterra.- La corona británica es uno de los símbolos más antiguos y poderosos de la monarquía del Reino Unido y en todo el mundo. Está formada por una serie de joyas, signos y objetos ceremoniales que se utilizan en las coronaciones y otros eventos de Estado. Si bien, la Familia Real cuenta con muchas coronas, la realidad es que, las más importantes son las de San Eduardo y la Imperial, que son las que lleva el Carlos III llevará en tan solo unas horas.
La corona de San Eduardo es la que se coloca sobre la cabeza del soberano durante la ceremonia de coronación en la Abadía de Westminster. Fue fabricada en 1661 para su predecesor, el Rey Carlos II, en sustitución de una corona medieval que fue fundida por los parlamentarios tras la ejecución de Carlos I. Está hecha de oro macizo y adornada con 444 piedras semipreciosas como rubíes, amatistas, topacios, granates y zafiros.
La corona Imperial es la que lleva el Rey tras su salida de la Abadía, y también en la ceremonia de apertura del Parlamento. Fue creada en 1937 para Jorge VI, padre de Isabel II, y está decorada con cerca de 3 mil piedras preciosas, entre ellas el diamante Cullinan II, el zafiro de Estuardo y el rubí del príncipe negro. Estas coronas son custodiadas en la Torre de Londres y solo pueden ser usadas por el Rey o la Reina de Inglaterra, y nadie más tiene derecho a tocarlas o llevarlas.
Si bien, la historia de las coronas es bastante interesante... ¿qué pasaría si el rey Carlos III, que será coronado el 6 de mayo de 2023, muere o abdica al trono? ¿Quién heredaría las coronas y el resto de las joyas que se mencionaron anteriormente? La respuesta es sumamente fácil de responder: El heredero o heredera al trono. Según la ley de sucesión británica, el primer hijo varón del Rey tiene preferencia sobre sus hermanos o hermanas, y así sucesivamente. En caso de no haber hijos varones, la preferencia pasa a las hijas mayores.
En este caso, el heredero al trono es el príncipe Guillermo o William Windsor, el actual Príncipe de Gales, hijo mayor del Rey Carlos III y nieto de la Reina Isabel II. Si el actual soberano muriera o abdicara, el esposo de Kate Middleton se convertiría en el Rey William V (en caso de que él decida utilizar dicho nombre como soberano) y recibiría las coronas y las joyas en una nueva ceremonia de coronación.
Si Guillermo no pudiera o no quisiera ser rey, el siguiente en la línea sucesoria sería su hijo mayor, el príncipe Jorge o George, que se convertiría en Jorge VII. Después le siguen sus otros hijos, la Princesa Charlotte y el Príncipe Luis, luego de ellos se encuentra, el Príncipe Harry, esposo de Meghan Markle. De esta manera, la corona inglesa cuenta con un sistema perfectamente establecido para determinar quién es el legítimo poseedor de sus símbolos, privilegios y responsabilidades que conlleva ser soberano de una de las monarquías más antiguas del mundo.
Fuentes: Tribuna