Ciudad de México.- A lo largo de la historia del arte hemos visto piezas polémicas como La Fuente, de Marcel Duchamp que exponía un orinal, o la Coronación de Sesostris, una pintura de expresionismo abstracto por Cy Twombly, no obstante, el artista italiano Salvatore Garau ha ido más lejos al presentar una "escultura inmaterial".
Es invisible:
Así como lo leíste, la famosa obra no es perceptible para el ojo humano (ni para ninguno otro) pese a que tiene dimensiones de 150 x 150 centímetros.
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Lo que llama la atención es que la misteriosa figura exige condiciones especiales en su lugar de estancia, este deberá estar en una habitación específica libre de cualquier obstáculo.
Por si fuera poco, ¡hubo alguien que la compró! El interesado tuvo que desembolsar 15 mil euros, que equivalen a 364 mil 509. pesos mexicanos.
La perspectiva de Garau:
El creador afirmó que vendió un vacío y por ello la llamó Yo soy (Io sono, en italiano). Definió que este espacio tiene energía, misma que da paso a la construcción de "nosotros".
El vacío no es más que un espacio lleno de energía, y aunque lo vaciemos y no quede nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, ese nada tiene un peso. Por tanto, tiene energía que se condensa y se transforma en partículas, es decir, en nosotros", explicó.
En el momento en que decida exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese espacio concentrará cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi solo título adoptará las más variadas formas", resumió el artista.
Fuente: RT