Ottawa, Canadá.- En junio del 2019, Meghan Markle y el Príncipe Harry se presentaron ante la oficina de propiedad intelectual del Reino Unido, en donde iniciaron el registro de la marca Sussex Royal, proceso que les puede traer problemas legales debido a que un médico australiano emitió un reclamo ante la institución.
El Daily Mail informó recientemente que Benjamin Worcester, quien pudo haber trabajado como médico del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido entre 2011 y 2014, interpuso una queja a la institución dentro del período de oposición que está da para finalizar con éxito o fracaso el proceso, mismo que para los duques de Sussex terminaba el 20 de febrero y que ahora se pospuso hasta el 20 de marzo.
Hasta el momento se desconoce los motivos de la queja puesta por Worcester, pero tiene hasta el 20 de marzo para enviar una queja formal en la que señale los motivos de su objeción a que se registre la marca.
En caso de recibirla y que no se llegue a nada en las primeras instancias judiciales, el caso pasa a manos de un Tribunal, donde funcionarios de la oficina de propiedad intelectual deliberarán que sucede con la marca.
En caso de que Meghan y Harry pierdan podrían pagar una multa, además de que no podrán usar el Sussex Royal como medida de comercialización, algo que podría generarles ingreso anuales de hasta mil millones de euros.
Cabe mencionar que se cree que la Reina Isabel II está detrás de que el doctor haya presentado la queja, impidiendo que su nieto use su título nobiliario para usos lucrativos.