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A dos años de su partida, Eduardo Yáñez expone anécdotas vividas con su madre

Eduardo Yáñez con mucha nostalgia recordó alguna anécdotas vividas con su madre, a más de dos años de su partida

Eduardo Yáñez revela con gran nostalgia algunas anécdotas que vivió con su madreCréditos: Internet
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Ciudad de México.- El actor de 61 años, Eduardo Yáñez con mucha nostalgia recordó alguna anécdotas vividas con su madre, a más de dos años de su partida y al encontrarse en pleno 10 de mayo.

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La extraño más que nunca, cada tiempo que pasa en lugar de acostumbrarte que ya no está, te hace más falta, te das cuenta de cuánta falta te hace, lo que antes te parecía una tontería”, expresó el artista en entrevista para el programa Ventaneando.  

Con una gran sonrisa y nostalgia, el intérprete contó algunas de las anécdotas que vivió con la mujer que le dio la vida. “Cuántas veces yo me burlé de mi mamá y me reía mucho porque me acompañaba a las esquinas de la calle cuando yo me iba a la escuela en la mañana, ella me perseguía por toda la calle de la cuadra con una bata larga y los tubos en la cabeza porque se estaba arreglando para ir a trabajar después de despacharme a mí a la escuela, y salía corriendo ‘Eduardo, hijo de toda tu &%$#, ven acá cab#$%, te lo tomas, y era un vaso de agua con limón y ajo. Me cerraba la nariz y todos me veían, yo la veía, me daba pena y todo, ahorita cómo me gustaría tener a esa persona que se preocupaba por mi salud y me hacía tragarme de un golpe ajos con jugo de limón”.

De la misma manera, Lalo recordó otra de las historias que vivió con su madre. “Una vez también le reportaron que yo me despeinaba mucho… y limón en el pelo, entonces te queda duro, duro, y no te despeinas en todo el día, entonces así me la pasaba yo en la escuela con los pelos, parecía nopal, y todas esas situaciones son pequeñas, lo que te estoy diciendo, son detallitos que cuántas cosas cambiaría porque volviera a suceder, que ella lo volviera a hacer y ya no está”.

 Finalmente, Yáñez recordó que su mamá trabajaba como cuidadora en una cárcel, por lo que mucho tiempo en su infancia lo pasó en ese lugar.

 Las chavas, las presas, me trataban muy bien, era un niño, todo mundo me quería cargar, todo mundo quería que estuviera con ellas, lo mismo los presos, yo llegué a comer en el comedor con ellos, no había ningún ped&, al contrario, todos me querían traer de un lado para otro, una infancia ruda, llena de detalles como estos, que son hermosos y que así como lo malo en la vida en tu desarrollo te va marcando, también estos detalles te llenan de amor, te van marcando también", destacó.

Fuente: Agencia México