Ciudad de México.- Recientemente, el mundo del cine sufrió un duro golpe, luego de que el actor Helmut Berger, perdiera la vida poco antes de cumplir los 79 años de edad. De acuerdo con algunos informes, el histrión falleció el pasado jueves, 18 de mayo, en la ciudad de Salzburgo, en Austria. Dado a que tiene poco que se confirmó la noticia, hasta el momento se desconocen detalles de importancia como su causa de muerte.
Helmut Berger fue un actor austriaco que alcanzó la fama por sus papeles en varias películas de Luchino Visconti, con quien mantuvo una relación sentimental durante más de una década. Su belleza y su talento lo convirtieron en un símbolo de los años 60 y 70, pero también en un personaje controvertido por su vida personal y sus adicciones. Berger nació el 29 de mayo de 1944 en Bad Ischl, una pequeña ciudad balneario de Austria, en el seno de una familia acomodada dedicada a la hostelería.
Desde joven mostró su rebeldía y su inconformismo con el ambiente conservador y religioso en el que se crió. Estudió con los maristas de Friburgo, pero se escapó y se marchó a Londres, donde trabajó como modelo y estudió interpretación. Después se trasladó a Italia, donde conoció a Visconti en 1964. El director se enamoró de él y le ofreció su primer papel en el cine, en el episodio que dirigió para la película Las brujas.
A partir de ahí, Berger se convirtió en el actor fetiche y el amante del director, que le dio papeles protagonistas en algunas de sus obras maestras, como La caída de los dioses, Ludwig o Confidencias. En estas películas, Berger demostró su capacidad para encarnar a personajes complejos, narcisistas y decadentes, que reflejaban la visión crítica de Visconti sobre la historia y la sociedad.
Berger también trabajó con otros directores italianos, como Vittorio De Sica, que le dirigió en El jardín de los Finzi-Contini, una película que ganó el Óscar a la mejor película extranjera. Asimismo, participó en producciones internacionales, como Una inglesa romántica, de Joseph Losey, o El retrato de Dorian Gray, de Massimo Dallamano, donde dio vida al personaje creado por Oscar Wilde. La muerte de Visconti en 1976 supuso un duro golpe para Berger, que entró en una espiral de depresión, alcoholismo y drogadicción.
Intentó suicidarse y su carrera entró en declive. A partir de entonces, solo intervino en películas de serie B o en papeles secundarios. Su última aparición destacada fue en la serie Dinastía, donde interpretó al príncipe Michael de Moldavia. En 1994 se casó con Francesca Guidato, una productora italiana que lo ayudó a superar sus problemas. Sin embargo, nunca recuperó su estatus de estrella ni su prestigio artístico. Vivió modestamente en un apartamento heredado de su madre en Salzburgo, sitio en el que falleció.
Fuentes: Tribuna