Más allá de los cumplidos que dejó en su reciente gira en Sonora el presidente López Obrador, se destaca la declaración del primer mandatario en el sentido de que “no se permitirá se instalen grupos de la delincuencia en el Estado”.
Y la pregunta lógica enseguida: ¿Y los que ya están instalados, se irán si Alfonso Durazo es el próximo gobernador?
Y como en realidad la presencia de AMLO en la entidad tuvo el propósito político de ensalzar a su –aún- secretario de Seguridad y Protección Ciudadana para que sea bien recibido como candidato de Morena al Gobierno del Estado, cabría el cuestionamiento de si en la tierra de este funcionario sería exitoso en el propósito de lograr paz y tranquilidad, porque en toda la República los resultados han sido desastrosos.
“Ustedes tienen la ventaja de que Alfonso es de aquí, de Sonora”, subrayó el presidente. Debemos suponer entonces, que habrá una diferencia notoria. Sobre todo cuando AMLO, en referencia a los sonorenses, lo dejara bien claro: “Siempre los vamos a apoyar”.
Bueno, como por lo pronto ese apoyo está muy lejos, quizá en otra visita presidencial y ya con Durazo en campaña, se atreva a decir que las cosas serían diferentes si ganara la gubernatura.
La gobernadora Claudia Pavlovich, siempre ha estado convencida de que llevando una relación, respetuosa, institucional y hasta de apoyo al presidente López Obrador, podría irle mejor a Sonora… Esa es su carta y siempre la ha puesto en la mesa… Sin duda, ha tenido en sus manos la posibilidad de asumir una actitud de confrontación con el primer mandatario, como lo han estado haciendo diez gobernadores autollamados “federados”, pero ha optado por seguir llevando la fiesta en paz… Repito… Es su apuesta y veremos si la gana o la pierde… Este domingo, al ofrecer su mensaje ante el presidente en el Estadio “Héctor Espino”, Claudia le solicitó apoyo al presidente pero de una forma en que dejó la percepción de que suplicaba y hasta se conformaba con poquito “porque los pueblos de Sonora son chiquitos y ahí con lo que pueda”… A manera de disculpa, la gobernadora escribió ayer por la tarde en sus redes sociales que usó un lenguaje coloquial y que algunos pudieron haberse ofendido por ello, pero recordó que desde hace meses entregó al presidente un proyecto con 173 obras necesarias para todos los municipios y que esperaría más apoyo del Gobierno Federal y de las y los legisladores en el Congreso de la Unión…
Lo que dijo este domingo, lo dijo quizá de manera inapropiada pero buscando hacer política… Eso sí, ofreció un gran banquete para quienes buscan ya criticarle rumbo a la campaña electoral… Ella misma y su gente cercana habrán de admitirlo… Se cometió un error… Y en política se dice que se comete solo un error… Que lo demás son consecuencias.
Ernesto Munro, dirigente estatal del Partido Acción Nacional en Sonora, es el primer sorprendido de la enorme oposición al interior de su partido ante la posibilidad de consumar una alianza con el PRI para ir juntos por la gubernatura el venidero 2021… Los principales argumentos en contra surgen de los rescoldos del “padresismo”, por tener fresca en la memoria los expedientes abiertos por corrupción con el exgobernador Guillermo Padrés y varios de sus funcionarios… El mismo Munro tiene dos conflictos de interés severos…
Casi intransitables… El primero, el reproche del mismo grupo al que pertenece que es al del exgobernador Padrés y, el segundo, la firme posición de su hijo, Kiko Munro, el presidente municipal de Puerto Peñasco y aspirante a la gubernatura, quien ha levantado la voz fuerte para oponerse a una alianza con otros partidos, invitando a demostrar que el PAN puede levantarse de la lona y dar la pelea con dignidad… El argumento más importante para llevar a cabo una alianza política con el PRI, es dejar atrás agravios, rencores e ideologías, para buscar derrotar a Morena y su “cuatroté” en Sonora, con la seguridad de que divididos, será muy difícil el triunfo… Bueno… Con las reacciones en contra al interior de Acción Nacional, esta posibilidad se desvanece.