¿Quién será el gobernante que se atreva a poner orden con el ganado suelto en la Cuatro Carriles?

Rumbos

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Escrito en OPINIÓN el

YA LO DICE EL CONOCIDO Y viejo refrán: “entre más habla alguien más tarugadas dice”. La expresión incluye palabras más folclóricas pero para el caso da lo mismo.

(Yo tuve la oportunidad de constatarlo en mis casi 11 años colaborando los martes y los viernes, en un programa de noticias de la extinta radiodifusora TRIBUNA RADIO. Mis intervenciones se prolongaban hasta por una hora y generalmente no tenía interlocutor. Con ello, aumentaba el riesgo de caer en gazapos o simplemente en afirmaciones que lastimaban a algunas personas. Las llamadas reprochando mi proceder no se hacían esperar. Así aprendí a que en boca cerrada no entran moscas y que el pez por su boca muere. Pero también aprendí que se debe hablar cuando la oportunidad y las circunstancias lo requieran).

Pues sí: desde la primera vez que vi en la mañanera al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, HUGO LÓPEZ GATELL, percibí que algo no estaba bien en él.

Tuve la impresión de que ese hombre de voz atiplada, de figura longilínea, estaba desfogando ante las cámaras y ante un auditorio de millones de mexicanos, una monumental y antigua reserva de ilusiones nunca realizadas, que tenían qué ver con sueños de grandeza jamás cristalizados.

De hecho, la crisis del Coronavirus vino a detonar ese fenómeno emocional de López Gatell, al punto de asumirse como el bufón del presidente López Obrador.

Recuérdese aquello de “para evitar contagios, nada de besos ni de abrazo”. Atrás de él, un presidente AMLO sonreía de buen talante elevando la mirada al cielo. Al día siguiente, AMLO abrazó a mucha gente y besó a muchas ancianitas en un mitin.

Se había perdido la seriedad.

Pero sucedió algo mucho peor. López- Gatell convirtió la proclama de las precauciones en algo fútil y sumamente alarmante: se atrevió a decir que los síntomas del Coronavirus eran similares a los de un “catarro”. Además, advirtió que el clima tenía un grave impacto en el desarrollo del virus.

Todos le creímos. Después de todo, López- Gatell es el subsecretario de Salud encargado de este caso. ¿Por qué no creerle?

De pronto, desde Ginebra, la periodista GABRIELA SOTOMAYOR, manda a la Cuarta Transformación, un cubetazo de agua fría.

Reporta que expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) le enmendaron la plana a López-Gatell, “y señalaron que los síntomas del Coronavirus no son los de un catarro y no existe evidencia de que el clima lo haga menos o más letal”.

¡Por las tripas de Satanás!

La OMS también agrega una interesante recomendación. Textual: Los exhortan —a los mexicanos— a aplicar medidas de pre vención como lo hicieron en China y en Singapur y no solo medidas de mitigación”.

Ahora bien, la pregunta de rigor: ¿por qué todo le está fallando al presidente AMLO? En un principio, se pensó que Hugo López Gatell era una carta que llegaba a salvarle la situación a la Cuarta Transformación. Pero ahora resulta que este subsecretario, no es de verdad. Es un bufón y ahora lamento haberme ido con la finta, como les sucedió a muchos.

Otra pregunta: ¿cómo es posible que desde Europa les enmienden la plana al Gobierno mexicano en un tema tan serio y de tan inciertas consecuencias y de paso, entre líneas, nos digan que estamos haciendo de problema de salud internacional un chacoteo de todos los diablos? Mire usted: esto ya no es un juego y si alguien en el Gobierno le parece que es muy chistoso que el presidente mande por un tubo una crisis de salud como esta, yéndose a abrazar con medio mundo para demostrarnos que lo de la alerta es puro cuento y que todo es producto del amarillismo de los periodistas, pues entonces esto si es para preocuparse.

López Obrador todavía puede presumir de que cuenta con alto nivel de aprobación ciudadana (53, en una encuesta, 59 en otra), pero no debe echar en saco roto que hace un año andaba en 80 por ciento de aprobación y que en todas las encuestas aparece un dato que debe de inquietarlo: casi una de cada dos mujeres está en su contra.

¡Ojo chícharo!

No lo digo yo, lo dicen los expertos, independientemente de si son conservadores o liberales. La realidad es una y no tiene signos ideológicos: en un año y tres meses, el Gobierno de AMLO muestra grietas gravísimas en aspectos tan importantes como el de los energéticos.

Pemex está al borde de la quiebra con pérdidas de casi 20 mil millones de dólares. La refinería de Dos Bocas, está resultando un caso con un destino desastroso.

Nadie sabe qué será del aeropuerto de Santa Lucía. Tampoco, cómo el Gobierno va a recuperar toda la inversión privada que quedó volando con la cancelación del nuevo aeropuerto de Texcoco.

Y luego, está la enorme crisis que se siente en el IMSS, la carencia de medicamentos importantísimos, de personal médico, de especialistas, de enfermeras, de nuevas clínicas.

Todo esto, con una consecuencia lógica: el relajamiento de la institucionalidad de la burocracia y los funcionarios de primera línea.

Las cosas no van bien. La inseguridad nos está matando a todos. Se están formando corrientes de activismo social que cobran cada día más adeptos. Como ejemplo, ahí están los Lebarón.

Entre otras cosas.

Las cosas como son, caro lector: este es un régimen populista, denominación que en sí misma no tendría porqué ser ofensiva. Pero lo es porque no hay ni hubo un solo Gobierno populista que no llevara a su pueblo a la ruina.

Y tan tan.

En fin.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ

DÉJEME DECIRLO: el pasado fin de semana tuve el gusto grande de reunirme a charlar y a tomar el cafecito de media mañana, con RICARDO BOURS CASTELO y con ABEL MURRIETA GUTIÉRREZ…

El encuentro —que no es el primero— fue en la residencia de Ricardo y la verdad sea dicha, nos debíamos esta conversación…

El café, aromático, espléndido, y las quesadillas de trigo y harina, ¡mmm!, se rechipén…

¿Qué si hablamos de política?...

¡Por supuesto!...

Verbigracia: Ricardo no cederá nada y sí espera que ERNESTO GÁNDARA se sume a su proyecto, y es lo mismo para ANTONIO ASTIAZARÁN…

Me quedó claro que a ambos les tiene un gran afecto, hay amistad forjada en circunstancias políticas que no alcanzaron en su momento el éxito esperado. Sin embargo, de esas aciagas experiencias, quedó la habilidad y el buen manejo de este juego que es el ejercicio político…

Se abordaron temas que tienen que ver con la seguridad, que es el terreno que domina muy bien el exprocurador de Justicia de Sonora, ABEL MURRIETA…

¿La Presidencia Municipal de Cajeme? Por ahí andarían las cosas…

Tengo, para mí, que existe la posibilidad real de que Abel se convierta en el candidato a la alcaldía cajemense, de Movimiento Ciudadano…

Desde luego, esto no podría ser por el PRI, partido que inmerecidamente está siendo manipulado por ciertos intereses que nada tienen que ver con la militancia de a pie…

Ricardo Bours está realizando extensos e intensos recorridos no solo por Sonora sino por distintos lugares del país…

Ha amarrado acuerdos, ha hecho exposiciones muy claras ante grupos de ciudadanos de distintas corrientes…

Camina bien, con paso seguro…

Ya veremos…

Y POR ÚLTIMO, UNA PREGUNTA que me envió uno de mis dos que tres lectores de Cajeme. A saber: ¿Ninguna autoridad, ningún gobernante puede poner orden entre los ganaderos yaquis cuyo ganado anda suelto a la orilla de la Cuatro Carriles? Esta es la pregunta y a ver quién la responde (y dejó la foto para que no haya dudas)…

Es todo.

Le abrazo.

m.rivastribuna@gmail.com