OPINIÓN

Frialdad e indiferencia del presidente para con Sonora

De Primera Mano

Francisco Ruiz Quirrín, columnista.
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Por tercer año consecutivo, el Gobierno que encabeza el presidente López Obrador paga con miseria el gran apoyo que ha obtenido de parte de Sonora y los sonorenses. En 2019 recortó y desapareció los programas que operaban como fuente de recursos para obras públicas en los municipios y para diversos grupos vulnerables. Todos los proyectos de modernización del estado se vinieron abajo. Solo la cancelación del Fondo Minero evitó que llegaran 1,200 millones de pesos a varias regiones.

En este 2020, la “cuatroté” de AMLO recortó 1,800 millones de pesos en obra pública, lo que canceló el programa especial de conservación de carreteras, recientemente rehabilitadas por la administración estatal.

Ahora, trascendió que en el proyecto de presupuesto del gasto del Gobierno Federal para el venidero 2021, se le asignó a Sonora sola una obra: La continuación de la carretera serrana Agua Prieta-Bavispe.

Una auténtica frialdad e indiferencia para los tres millones de habitantes del segundo estado más grande del país, con proyectos que pasaron por la mano de AMLO, que requieren inversiones superiores a los 10 mil millones de pesos.

La gobernadora Claudia Pavlovich no ocultó su enfado y frustración y advierte en un mensaje que envió ayer por redes sociales que “no se quedará con los brazos cruzados”, que buscará lo más pronto posible una entrevista con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, pero también hace un llamado a las y los legisladores federales para que gestionen recursos para su estado, para los municipios.

Quizá sea un llamado estéril. Ni en 2019 ni en 2020, Lorenia Valles Sampedro y Wendy Briseño han movido un dedo por sus regiones para lograr recursos extraordinarios de la Federación.

Aparte, abyectas del presidente y a Morena, no se atreverían a gestionar un solo centavo si este beneficiaría la imagen de la gobernadora del estado.

Muy difícil también tratar de digerir este trato desde Palacio Nacional, a pesar del apoyo y lealtad institucional que se le ha brindado desde Sonora al presidente de la República.

Cualquiera pensaría que un trato así se justificaría con gobernadores que abiertamente le enfrentan, pero no a una mandataria estatal que determinó desde diciembre del 2018, apoyar en todo al titular del Poder Ejecutivo Federal.

Al mismo tiempo, muy difícil de creer el absurdo anunciado por el presidente, de utilizar 500 millones de pesos del dinero público, de los impuestos de los mexicanos, para comprar cachitos de la Lotería Nacional de la rifa del avión presidencial… Justifica tal acción diciendo que esos cachitos los va a obsequiar a hospitales para que, si acaso se ganan el sorteo, utilicen el recurso para la compra de equipo médico… Son 500 millones de pesos que bien ya los puede utilizar para adquirir medicamento para niños con cáncer… Un avión presidencial que en parte ya pagamos los mexicanos y que lo estamos volviendo a pagar, pero que al final de cuentas, el Gobierno se lo quedará, a la espera de un comprador… Un anuncio presidencial de lo más ilógico e inconcebible.

No habría qué quitar los ojos de Chihuahua, de su gente, arrojada, valiente… Solo habremos de recordar que en esa entidad fue donde se impulsó decididamente el movimiento revolucionario de 1910, que después fue liderado por los sonorenses… La lucha por el agua que están dando los agricultores, está marcando un abierto enfrentamiento, frontal, con el presidente López Obrador… El que cinco mil campesinos hayan expulsado de la Presa “La Boquilla” a la Guardia Nacional, deja un precedente que habría qué anotar en estos tiempos en los que existe el empeño desde Palacio Nacional, de regresar a la tiranía, como en el antepasado… Asimismo, el asesinato de una pareja matrimonial presuntamente a manos de elementos de la Guardia Nacional, ha crispado el escenario en esa tierra y el alboroto está creciendo exponencialmente.

Los sonorenses no sabemos si continuará esta imparable ola violenta o habrá alguien que pueda detenerla, ya sea del Gobierno Federal o del Gobierno Estatal… Por lo pronto, la percepción generalizada de la gente es que la autoridad está rebasada en ese rubro y, además, se ha cruzado de brazos… “Pateando el bote”, como comúnmente se dice.