Ciudad de México.- Victoria Gómez, con el rostro desencajado, los ojos mojados y la mirada llena de rabia, no entiende como si su hijo Alexander solo salió a comprar un refresco junto a sus amigos, regresó sin vida y con un disparo en la cabeza, no asimila como un policía pudo hacerle eso a su hijo de 16 años que soñaba con ser futbolista.
Alexander, un joven oriundo de Oaxaca que jugaba en tercera división para una filial de Rayados de Monterrey, salió con dos amigos en una moto, iban a comprar refresco, sin embargo, en el camino, un policía los embistió y abrió fuego contra ellos, asesinando únicamente al menor que soñaba con ser profesional del futbol.
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El era mi bebé, ellos me quitaron mi sangre. Luchen, luchen, a mí ya me vale madres", señala con la voz cortada Victoria Gómez.
La madre del joven asegura que no conforme con quitarle a su hijo, la policía le implantó un arma a Alexander, con el objetivo de justificar el artero ataque sobre unos jóvenes que no hacían daño.
El Ayuntamiento de Acatlán, donde ocurrieron los hechos, se disculpó por lo sucedido y aseguró que el oficial implicado en el caso, fue entregado a la Fiscalía.