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“Nuestros cuerpos no son para consumo de otros, son nuestros”: Víctima de violencia digital

La incidencia de ciberacoso en mujeres sonorenses es de 19.4 por ciento de acuerdo al INEGI (2017) más de la media nacional que es de 17.7 por ciento. Las mujeres que han experimentado violencia digital sienten ansiedad y miedo

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Hermosillo, Sonora.-Karen es una mujer sonorense compartió a TRIBUNA su experiencia como víctima de ‘violencia digital’, un tipo que aún no se incluye en las leyes y códigos civil y penal del estado, para ella urge que se legisle la Ley Olimpia para que las mujeres que son acosadas o violentadas en lo virtual puedan denunciar y buscar justicia.

 

El pasado viernes 31 de julio se efectuó la reunión de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos y la Comisión para la Igualdad de Género del Congreso del Estado de Sonora, para dictaminar  la propuesta de iniciativa  de Ley Olimpia.

 

Sin embargo, hubo propuestas de la ciudadanía y de las mismas diputadas que integran la Comisión para la Igualdad de Género que no fueron tomadas en cuenta. Pero ¿por qué es tan importante lo que se conoce como Ley Olimpia ya aprobada a nivel federal y en 22 estados?, el caso de Karen es un ejemplo que ilustra esta necesidad legislativa.


Karen, nombre que ella eligió para proteger su identidad, sufrió una modalidad de violencia digital y esto sucedió el año pasado. Todo comenzó al recibir un mensaje en Twitter de un amigo en donde le avisaba que estaban compartiendo fotografías de ella en un foro, en el que uno de los usuarios pedía contenido íntimo de ella. 

Ella entró al foro como usuaria anónima, porque en esos sitios no se requiere dar a conocer tu identidad. Y ahí vió que compartieron una fotografía de ella en la que posaba en bikini en una playa, misma que había subido hace años en sus redes sociales. 

En ese tipo de foros hay diferentes secciones y una llamada ‘Chicas Sexys’ es en donde cualquier usuario anónimo puede subir fotografías y abrir ‘hilo’ o ‘tema’ de conversación, en este caso, solicitando contenido íntimo, para ver si alguien de ahí tiene más material ya sean fotografías, videos o audios de las mujeres que ellos buscan. Ahí los usuarios comparten contenidos de mujeres de todas las edades.  

Un usuario pedía fotos íntimas mías, que estaba "batallando mucho" para conseguirlas y que llevaba mucho tiempo buscando. Al leer los comentarios que respondían al tema, me moría de miedo, mis manos temblaban, estaba apunto del colapso” dijo Karen.

Los usuarios compartían datos personales de Karen que eran reales, como su domicilio, la carrera que había estudiado y otra información. Además la insultaban y comentaban que seguramente sí tenía ‘packs’ por ahí circulando. 

Ese tipo de sitios tienen la política de no revelar la IP de los usuarios, pero sí pueden recibir quejas o peticiones de borrar contenidos. Karen pidió que borraran los temas donde publicaban su fotografía y sí lo hicieron. 

Sin embargo, la joven se percató que a los días siguientes un usuario en particular volvía a subir la fotografía de ella pidiendo contenido íntimo y empezó a subir más fotografías que ella subía a sus redes sociales. Además Karen buscó su nombre en Google y apareció en otros foros, porque al parecer ese mismo usuario pedía contenido íntimo de ella en otros sitios.

La joven empezó a experimentar las secuelas psicológicas que provocan este tipo de violencia: ansiedad, miedo, inseguridad y la sensación de estar sola ante esa situación. Hasta que decidió romper el silencio.

Ya no pude aguantar y le conté a mi novio lo que pasaba. Me apoyó mucho y me comprendió, también le dije a mis padres y me apoyaron. Esta parte es clave. Porque a pesar de todo, las personas nunca llegan a comprender la situación al cien por ciento. Me decían que no tenía que preocuparme, que era Internet y que no era real, que no existía y que no debía de preocuparme,  que no debería de afectarme el acoso. Y la verdad, es que sí afecta. Hay una frase que tiene Olimpia que dice: ‘Lo virtual es real’. Y tiene mucha razón”.

Karen escuchó sobre el caso de la ahora activista Olimpia Coral Melo de Huauchinango, Puebla, quien a sus 18 años intentó suicidarse en tres ocasiones como resultado de la depresión que sentía cuando se dio cuenta que se filtró un video íntimo de contenido sexual que había hecho con su novio, con quien llevaba 6 años. 

El video lo había hecho con su novio, pero él no se identificaba en el mismo y negó que fuera él quien lo divulgó primero en Whatsapp y al viralizarse llegó a un medio local que portada decían que una chica que tenía futuro, “estaba quemada en las redes sociales”. 

Al reponerse Olimpia comenzó a elaborar su propuesta de ley, misma que llevó a la cámara baja y ahí fue impulsada y trabajada junto con otras iniciativas, por la diputada sonorense y presidenta de la Comisión de Igualdad, Wendy Briceño.

Cuando contactó el Frente Nacional para la Sororidad (agrupación fundada por Olimpia Coral Melo y otras mujeres), Karen recibió orientación legal, pero no se podía hacer mucho porque en Sonora aún no se han reformado las leyes y códigos para tipificar, sancionar y prevenir la violencia digital. Para que llegue el reporte a la Policía Cibernética tiene que haber denuncia ante el Ministerio Público. 

Así que Karen utilizó ingeniería social y tecnológica para poder saber quién era su acosador y descubrió que era un compañero de trabajo a quien tenía agregado a Facebook. 

Decidió denunciarlo en la empresa en la que trabajaban y ahí se actuó mediante protocolos internos y analizaron el caso. “Tuve suerte”, dijo Karen porque tomaron medidas y finalmente lo despidieron.

En la investigación que Karen realizó de su propio caso, se percató que el hombre también compartía fotografías de una menor de edad solicitando contenido íntimo de ella en los mismos foros. 

Al reflexionar sobre estos sitios de Internet, Karen dijo:

Operan porque pueden. Y el error de la sociedad es seguir apoyando esas prácticas de hipersexualizar a la personas, víctimas de filtraciones de contenido íntimo sin consentimiento. No compartas contenido si tu pareja te presiona u obliga, ni tampoco para satisfacer a la otra persona. Nuestros cuerpos no son para consumo de otros, son nuestros”.

Durante la sesión la diputada María Dolores del Río, integrante de la Comisión para la Igualdad de Género, leyó la carta enviada por la Cadena Feminista Sonora (movimiento por los derechos de las mujeres) en la que solicitaban que se aprobara la Ley Olimpia con el término de ‘Intimidad Sexual’ y no solamente ‘Intimidad’, para proteger los derechos sexuales de las mujeres en el ámbito digital. Aún así la mayoría de los votos fueron por el segundo término.

En entrevista con TRIBUNA la diputada Miroslava Luján López, quien también integra la ya mencionada comisión, dijo que el dictamen se fue con términos que le resultan preocupantes, a pesar de que ella realizó propuestas para que se modificara el artículo 167 Bis y otros porque podrían acotar la libertad de expresión.

La incidencia de ciberacoso en mujeres sonorenses es de 19.4 por ciento de acuerdo al INEGI (2017). Mientras que el promedio a nivel nacional es de 17.7 por ciento.