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"Nos sembraron miedo, nos crecieron alas": Feministas, a 2 meses del asesinato de Marisol en Guaymas

Feministas del Mar cuenta a TRIBUNA qué es lo que sigue para su colectivo después del asesinato de Marisol Cuadras y cómo el estar unidas las ha ayudado a seguir adelante pese a vivir diariamente con el terror de ser víctimas

En la imagen, las integrantes del colectivo Feministas del Mar, en Guaymas SonoraCréditos: Manuel Castro
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Guaymas, Sonora.- Han pasado 2 meses y 6 días desde el asesinato de Marisol Cuadras frente al Palacio Municipal de Guaymas, y sus amigas, quienes viven diariamente con la tragedia de haberla perdido y de ser víctimas de la violencia que carcome a Sonora, han decido hablar para que Marisol nunca sea olvidada.

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Contar su versión de los hechos, es para ellas, la mejor manera de seguir adelante pese al miedo que las invade. También es la forma de mandar un mensaje a la sociedad pues no solamente fueron víctimas de un ataque armado sino de juicios y opiniones de personas ajenas quienes les desean el mal simplemente por el hecho de ser mujeres y exigir respeto.

Giovana, Bárbara, Reyna y Lucía, integrantes del colectivo Feministas del Mar, hablan en exclusiva con TRIBUNA sobre el día del atentado, el feminismo, cómo es ser mujer en Guaymas, la falta de justicia e impunidad y de cómo sobreponerse a lo terrible que ha sido todo.

Antes de comenzar la entrevista las chicas ríen entre ellas, su nerviosismo se disimula con un leve jugueteo y un par de sonrisas. Una por una se acomodan en la banca donde ‘pega’ menos sol, a Giovana el acomodarse le cuesta más trabajo por su pierna, después de recibir varios impactos de bala fue sometida a cirugía y su movilidad quedó limitada.

“¿Qué pasó esa tarde?”, basta con preguntar para que el estado de ánimo de las cuatro cambie totalmente, pero aún así, decidida a no callar más Giovana es la primera en responder. 

"Estábamos frente a las escaleras de Palacio Municipal platicando sobre lo que haríamos después…ir a cenar o algo, y dijimos ‘wow somos el primer colectivo que dice: estamos aquí y queremos justicia por todas las que no están’, y entonces se escucha la primera detonación. Digo ‘no manches pues a correr, de la manera en la que yo corrí era mejor seguir que regresarme al palacio, entonces eso hice”.

Giovana recuerda que iba detrás de Marisol y sus pensamientos eran seguir, ponerse a salvo y pedir ayuda. Pero en segundos todo cambió.

Ponernos a salvo, irnos juntas corriendo, buscar alguien que nos ayude, sobrevivir, eso era. Y mientras corro estando detrás de ella veo como cae, en ese instante yo digo ‘no puede ser posible’, trato de correr más fuerte pero es cuando a mi me dan el impacto en la pierna y salgo volando.

Caigo cerca de Marisol y veo que no hay reacción de su parte. Mi lealtad hacia ella, hacia mis hermanas del colectivo hicieron que me quedara ahí con ella, pensé que estaba desmayada”. Giovana recuerda que antes de salir de casa su mamá le había dicho que no asistiera porque algo malo podría pasar. “Mi mamá me dijo ‘no vayas, por favor quédate, no sabes qué puedes pasar las cosas en Guaymas están muy feas’.

Pero como nuestro colectivo era de pacífico y nunca había pasado nada yo le digo ‘mamá tengo que salir a levantar la voz, porque yo no sé si algún día tu me vas a hacer falta, si yo te voy a hacer falta, si mis hermanas te van a hacer falta y desgraciadamente hoy me hace falta una amiga, porque la mataron ella no murió. La mataron y la mataron frente al palacio y eso es una vergüenza porque no nos están protegiendo”.

En Guaymas, ser mujer no es seguro y no solo por el acoso callejero que reciben. De 2020 a 2021, el feminicidio se incrementó 800 por ciento, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp). Ante la pregunta “¿Cómo es ser mujer en Guaymas?” Bárbara, la mayor del grupo, describe la situación con una frase: “de terror”.

Yo llegué aquí en el 2018 (es originaria de Guaymas pero por sus estudios y vida profesional radicó un tiempo fuera del estado) y encontré un Guaymas muy diferente, tengo 32 años y me tocó estar en mis 15, es un puerto turístico, una anda con bikini o short, lo más pesado que te podía pasar era que te chiflaran los camioneros, pero yo recuerdo que a esa edad podía andar en la calle sin miedo.

No recuerdo haber visto tanta violencia o con miedo de que a una amiga le paso algo o que un muchacho agredió a una mujer o que compartieron fotos de nudes (desnudos) obvio las redes lo hacen más fáciles, pero el Guaymas que yo veo ahorita a hace 15 años es muy diferente”. A Bárbara se le entrecorta un poco la voz al recordar como hace un año, aproximadamente, hubo una temporada donde muchas mujeres desaparecieron.

Se puso muy pesado que empezaron a levantar muchachas de la nada y amigas, conocidas, empleadas de que me hablaban y me decían ‘Bárbara me trataron de levantar’. No vayamos muy lejos, lo que nos pasó el 25 de noviembre es un hecho histórico ¿en qué momento? Ha habido muchas desaparecidas, temas de los que no se habla en las noticias, lo pesado que está realmente asusta”.

Para ella, es momento de que la sociedad de Guaymas cambie, reflexione y aprenda. De que las mujeres se unan y hagan del feminismo algo para cuidarse entre todas. “Piensan que el feminismo es quererse poner al tú por tú con todos, eso no es así. Veo mucha tergiversación de lo qué es, pero eso es parte de porqué estamos juntas, para crear un mejor Guaymas para todas”.

Después del atentado, el poder de las redes sociales hizo lo suyo para mal. El nombre de Marisol, provenientes de cuentas anónimas, era acompañado con deseos de muerte para sus compañeras a quienes llamaron ‘feminazis’; vivir con ese odio social también hizo que las Feministas del Mar se animaran a contar su versión.

De esa antipatía en redes sociales, especialmente en Twitter y Facebook, da cuenta Gionva. “Porque como siempre se dice, ¿qué pasa? Vas rayas, destrozas y al siguiente día impecable, limpio, casi remodelado. Pero ¿a mí quién me regresa a mi amiga? A nosotras las personas que no son de Guaymas así nos decían porque no saben que nuestro colectivo es pacífico. Algo que a mi me dolió mucho ver es que escribían que Marisol se había ganado eso”. 

Lucia, la más pequeña del grupo y quien se resguardo de la lluvia de balas debajo de un automóvil durante el atentado, saca el coraje que lleva dentro para complementar la respuesta de su compañera a la pregunta: “¿Qué hay del odio social en su contra, los mensajes de las redes sociales que les deseaban la muerte?”.

Ver cómo la gente te desea lo malo a ti, tú que estás saliendo a levantar la voz por las que ya no pueden, pero no se lo desean a los asesinos, violadores, feminicidas a los secuestradores, ellos no lo merecen pero nosotras sí. ¿En qué cabeza cabe pues?. Vivimos en un mundo horrible. Queríamos empezar por nosotras mismas, hacer la diferencia”.

Pese a que todos los días las terribles pesadillas del hecho no la dejan dormir y ha tenido que ser medicada para sobrellevar la situación, Lucia sabe que no es momento de detenerse. “Pero esto no acaba aquí, no nos vamos a quedar aquí, nos sembraron miedo pero como dice la canción ‘nos sembraron miedo, nos crecieron alas’.

No vamos a parar y no tenemos, porque no estábamos haciendo nada malo y aunque hubiéramos estado haciendo destrozos Marisol no merecía morir, que no fue el caso y nunca ha sido en Guaymas, ¿en qué cabeza cabe desearle la muerte a alguien independientemente de lo que esté haciendo?”.

La joven tiene muy en claro que la violencia se ha normalizado a un punto que resulta enfermizo como sociedad. “Me la arrebataron frente a las autoridades, no fue la hora, no fue el lugar, no fue la ropa de Marisol, fue México violento. Y que está tan normalizada la violencia que cada rato dicen ‘ah balacera en tal colonia, ah balacera acá’ cada 5 ó 10 minutos balaceras o las escuchamos y decimos ‘ah hubo balazos’ ¿por qué lo normalizamos?

Y vivir esta experiencia no se nos va a olvidar, es muy traumante, vamos a tener 60 años y nos vamos a seguir acordando de que el 25 de noviembre del 2021 mataron a Marisol frente a las autoridades. Y no se debe de olvidar, y no tiene que quedar impune, la indignación no solo debería de ser en Guaymas la debería de tener todo México y todo el mundo”.

Es precisamente la palabra impunidad, la que más les duele a las cuatro chicas. En Sonora la falta de justicia se ha exacerbado junto con los altos índices de homicidios y feminicidios, la organización Impunidad Cero en su estudio ‘Índice Estatal de Desempeño de Procuradurías y Fiscalías’ señala que la entidad tiene menos del 25 por ciento de efectividad en la procuración de justicia.

“Dos meses y más de 5 días…¿qué hay de las autoridades?”, se les pregunta.

Reyna, quien ese día del atentado fue acompañada por su madre y pensó que sería la última vez que la vería con vida, cuenta un poco de las actividades que realizaron, “era una toma de protesta simbólica” para después señalar que han sido las misma mujeres de otros colectivos quienes las han apoyado.

“Tristemente no hemos recibido respuesta por parte de las autoridades de nuestros municipio, de nuestro estados, no tenemos todavía idea de las investigaciones”, el poco apoyo que les fue ofrecido no se cumplió y la única dependencia que hizo por ayudarlas, y eso gracias a que ellas lo buscaron, fue el DIF. Sin embargo, no ha sido suficiente pues han tenido que recurrir a particulares para atenderse.

Pero ello no las detendrá. Reyna reitera que no van a parar sus actividades y agradece a las otras mujeres que han sido empáticas con ellas. Además afirma que seguirán creando un colectivo donde todas puedan sentirse seguras y ser escuchadas.

Antes de terminar la entrevista, y con la garganta hecha un nudo, las cuatro se toman un momento para recordar a Marisol en una sola palabra. Después de pensarlo un poco y reír con sus memorias deciden que: “Luz, alegría, fuerza y?? sororidad” describen a la perfección a la joven de 18 años, que aunque ya no está con ellas, es el motivo de Feministas de Mar para seguir luchando.

Frases

Pensando en quedarme ahí tirada con Marisol recuerdo a mi mamá que me dijo ‘no vayas’ y es cuando digo ‘no, no le puedo hacer esto a mi mamá, mi mamá es la mujer de mi vida, el amor de mi vida, no se lo puedo hacer”. Giovana

Ni siquiera nosotras tendríamos porqué estar marchando por nuestras amigas, lamentablemente lo hicimos y nos arrebataron, una hermana. Es una falacia. Nada más por nacer deberíamos de vivir en un mundo en donde nos sintamos seguras”. Bárbara

Nos la arrebataron enfrente de las autoridades, enfrente del palacio, no fue por andar haciendo nada malo, porque mucha gente lo justifica diciendo ‘es que las horas’ y ‘es que se lo busca’, no, nadie se lo busca, nadie quiere que la maten, la gente tiene que sentir esa empatía”. Lucía

Llega la alcaldesa, estuvimos pláticando varios minutos y nos tomamos una fotografía, después de eso procedemos a levantarnos, cuando se escucha la primera detonación. Esa tarde mi mamá me acompañó y al momento que yo corro, volteo a ver a mi mamá pero ya no la veo, en mi mente siempre estuvo que me iban a matar”. Reyna

Dato

Feministas del Mar surge en 2020 como un colectivo de mujeres que buscan igualdad y respeto. En redes sociales se les puede encontrar con el mismo nombre.