Ciudad de México.- La Ley Federal del Trabajo dice que todas las personas que realicen una labor tienen derecho a recibir el pago de aguinaldo, por ello los patrones se ven obligados a pagar esta prestación, incluidas en esto las empleadas domésticas, sin importar el tipo de contratación.
En caso de que el jefe de cualquier trabajo se rehúse a pagarlo la ley cuenta con una sanción, al que no pague o pague menos de la cantidad haciéndolo acreedor a una sanción que va de entre los 50 a cinco mil veces el salario mínimo vigente.
Además se cuenta con la fortuna de que la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación documenta dos antecedentes jurídicos que ayudan como argumento legan en una disputa y apoyar así al trabajador demandante.
La primera, "la base es el salario del trabajador, que para efectos de su cuantificación, es el ordinario y se conforma con la 'cuota diaria', que incluye todas las prestaciones que percibe el trabajador diariamente, de manera regular e invariable, por la labor realizada. Por ejemplo, 'ayuda de despensa', 'premio de asistencia', 'compensación de apoyo', 'compensación garantizada' o semejantes".
La segunda dice que "el derecho a percibir la parte proporcional del aguinaldo nace desde el momento de la separación del empleo y también su exigibilidad antes del veinte de diciembre".
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, arrojó en el primer trimestre del 2020 que dos millones 394 mil personas mayores de 15 años realizaban un trabajo doméstico no remunerado en México. Representan el seis punto tres por ciento los empleados en el país.
De esos dos millones de personas, el 98 por ciento trabajan sin un contrato escrito, siendo los más vulnerables a violaciones de sus derechos laborales como el aguinaldo.