OPINION

Ramón Pereyra: Huatabampo, sus cartas y el progreso

Bulmaro Pacheco, columnistaCréditos: TRIBUNA
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¿De dónde venía la vocación social y política de Ramón Pereyra Páez?

Llegó a Huatabampo de Concordia, Sinaloa, donde nació un 7 de enero de 1900. La amistad de su familia con la de los Velderráin (Ignacio, Alfonso y Jesús) —viendo ellos sus cualidades y su capacidad para el trabajo— le daría la oportunidad de trasladarse a Huatabampo y buscar otras formas de ganarse la vida a principios del siglo XX. En esa decisión fue muy importante la motivación de su madre Maclovia Páez.

En Huatabampo sembró la tierra, manejó el correo que iba hacia Navojoa, también fungió como regidor y funcionario local. Fue presidente municipal en la complicada etapa de la renovación (1929), que enfrentó a dos generales de Huatabampo: Macías y Fausto Topete y participó en la política local. Hizo amigos importantes como los hermanos Topete, y uno en especial, por el afecto, amistad, la confianza y la cercanía mutua: El general Anselmo Macías Valenzuela, quien fuera gobernador de Sonora de 1939 a 1943. Junto con Octavio Bojórquez se dio a la tarea de fundar y presidir la Asociación de Productores de Legumbres de la Región Agrícola del Mayo.

“Fue muy amigo de Macías; cuando Anselmo batallaba para ganarse la vida y un lugar en la comunidad, se apoyaban mutuamente y cuando Macías buscó la gubernatura, Don Ramón lo apoyó económicamente, eso selló la amistad entre ambos”. Elaboraron juntos el proyecto de construir una carretera de concreto de Huatabampo a Navojoa y gestionar una escuela secundaria para el pueblo. Hicieron las dos cosas.

Pereyra había construido su residencia — que por ahora en Huatabampo luce como la casa más antigua y lucidora por su arquitectura— en 1931 en unos terrenos que precisamente le había comprado a los Velderráin. “Ahí recalaba a cada rato el general Macías y se quedaba a dormir con tal frecuencia que hasta le apartaron una recámara” cuenta la familia.

El gobernador Macías Valenzuela, en carta del 28 de agosto de 1940 dirigida al tesorero general del estado, le pide: “Pagar a la firma Comercial “Tapia hermanos” 17,164.00 por dos auto camiones de volteo marca Ford para que fueran usados por la Junta Local de Caminos para los trabajos que se están desarrollando en la carretera en construcción Navojoa-Etchojoa-Huatabampo, por cuyo motivo esos vehículos actualmente se encuentran bajo el cuidado del Sr. Ramón Pereyra, contratista de dicha obra”. Firman el gobernador Macías y Francisco de P. Corella.”

En 1949 le escribe a Pereyra el director general de Educación del estado, Lamberto Hernández, “para felicitarlo por haber asumido la presidencia de la sociedad de padres y amigos de la escuela secundaria”. La carta la firma también la jefa de la sección de secundarias, profesora Catalina Acosta de Bernal”.

El 5 de noviembre de 1949 el gobernador Ignacio Soto le escribe a Pereyra para felicitarlo por ser el presidente de la sociedad de padres de familia y amigos de la secundaria del pueblo. Al mismo tiempo le ofrece: “Con respecto a los deseos de ustedes de que el Gobierno les facilite 25 sillas tipo universitario, individual para la escuela secundaria de esa, te manifiesto que con gusto voy a girar órdenes para que se las remitan”.

Le informa el gobernador también de los trámites en proceso ante el director general de Educación, para que se nombre a Alejandra Capaceta —recomendada por Pereyra— como maestra en Etchojoa. Capaceta sería designada maestra poco tiempo después.

El 14 de noviembre de 1949, Don Ramón le vuelve a escribir al gobernador Ignacio Soto y le trata otros temas. Le dice: “Te comunico que anteayer estuve en el Puerto de Yavaros donde se acercaron a mí los vecinos de aquel lugar y los integrantes de la Cooperativa de pescadores que preside el Señor Teófilo González (mismo que te obsequió una barbacoa en el viaje en que tuvimos el gusto de acompañarte como candidato al Gobierno del Estado y creo recordarás estuvimos muy contentos con las finas atenciones que tuvieron para ti y tu comitiva) y me suplicaron eleve ante ti una justa súplica en el sentido de que no se permita la apertura de una cantina que pretende el Sr. Jesús Pavlovich por existir dos expendios de cerveza legalmente establecidos por la agencia de la cervecería de Sonora en esta Región. La súplica que por mi conducto te hacen los vecinos todos de aquel puerto, se funda en el hecho que tú ya conoces, de que las bebidas que se expenden en establecimientos de esta índole, arruinan la salud física y moral del individuo, pero muy especialmente de las clases humildes, quienes por su falta de preparación carecen de voluntad para librarse de un vicio que los conduce al grado más vil de abyección y salvajismo”

En papel membretado: (Ramón Pereyra, agricultor, Huatabampo Sonora, apartado postal 2 y la dirección en Calle Juárez 48), le escribe el 11 de julio de 1950 al gobernador Soto “para invitarlo a comer en Huatabampo con familias del pueblo después del acto en homenaje a Álvaro Obregón, el 17 de julio”. Al mismo tiempo, le recomienda a “Manuel C. Romo para que ocupe la Agencia Fiscal de Navojoa en lugar de Flavio Bórquez”, que había renunciado.

En carta del 19 de septiembre de 1949 le comunica al gobernador Ignacio Soto: “Tengo el gusto de participarte que la toma de posesión de mi compadre el señor Don Antonio Toledo (Salido), se efectuó sin ninguna novedad, y en la más completa cordialidad, felicitándote por tu atinada designación, pues tanto en este pueblo como en las comisarías de este municipio han recibido con mucho gusto dicho nombramiento entre los elementos de nuestro partido y los contrarios, habiéndose unificado todos. El señor Rodolfo R. Ruiz me envió para que hablara con el Sr. Toledo, como lo hice, con el fin de ponerse a sus órdenes y colaborar en todo lo que le sea posible para el mejoramiento del pueblo, pues te participo que dicho señor Ruiz, es un ferviente partidario tuyo y amigo de corazón, como tú bien lo sabes por lo que te suplico que no hagas caso de ninguna intriga que quisieran hacer en su contra, pues no hay razón para ello, pues me consta la sinceridad con que ha procedido”.

El 18 de febrero de 1950 le escribe de nuevo al gobernador Soto: “Sirva la presente para saludarte cariñosamente en unión de tu muy distinguida y fina familia. La portadora de la presente, Señora Otilia Apodaca es madre del señor Manuel Muñoz, quien falleció a consecuencia de una herida de arma de fuego hace tiempo. La muerte del señor Muñoz (que había muerto por una bala perdida de balacera de año nuevo), dio origen a que se pensara en la comisión de un delito, ocupándose por tanto las autoridades respectivas de hacer las averiguaciones de rigor suponiendo que pudiera ser responsable del mismo la misma esposa del ofendido señora Catalina Lugo viuda de Muñoz”. “Como la señora madre del occiso fue la primera en pedirte en unión de varias damas de la localidad, que se tuviera clemencia con la Viuda del Señor Muñoz, que se encontraba internada en la Cárcel Pública Municipal, tú durante tu visita a esta población accediste a la petición que se te hizo pues consideraste injusto que una mujer permaneciera recluida en un penal carente de comodidades adecuadas a su sexo”. “La señora Otilia Apodaca va a verte con el propósito de mostrarte su agradecimiento a tu buena acción que dejó una magnífica impresión en la sociedad huatabampense, y así mismo, ver a un hijo que tiene internado en la penitenciaría por encontrarse algo trastornado y delicado de salud”. La solicitud fue atendida y Catalina Lugo absuelta.

Firme la aclaración histórica. De quienes intervinieron para lograr la construcción de la carretera de concreto de Huatabampo a Navojoa entre 1939 y 1943. O aquellos promotores para crear la primera Escuela secundaria en el pueblo desde que el gobernador Ramón Corral a finales del siglo XIX fundara la primera escuela primaria, del pueblo, designando como directora a Rosa Obregón, hermana de Álvaro.

La nuera de Don Ramón, Irma Terrazas Rivera, —tercera de 15 hermanos, viuda de Ramón Jr., hija de Ramón Terrazas y Luz Rivera—, que cumplió 91 años el pasado abril, recuerda con orgullo el trato con su suegro, —un verdadero impulsor del progreso de Huatabampo—. Con su hijo Fernando y Dolores su nuera resguardan tanto la casa familiar bien cuidada como la memoria del legendario personaje de Huatabampo.

Ahí están entre esas paredes de una casa bien conservada en sus patios y jardines, en esos muebles antiguos intactos, en esos archivos bien cuidados, parte de las razones de la historia.

Por eso se valora el esfuerzo de personajes como Ramón Pereyra Páez. Un vecino de Huatabampo inquieto, de convicciones, amante de la política y las relaciones, para hacer progresar al pueblo, un personaje que estaba en todo, y participaban en todo: Lo mismo sembrando la tierra que rentando casas, tratando gobernadores, presidiendo comités vecinales o gestionando servicios y atenciones a la gente de su comunidad; Así era esa generación, y por eso fueron grandes. Por eso los recordamos.

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