Reino Unido.- Sin duda alguna, el pasado 2020 fue un gran año para el Príncipe William y Kate Middleton, pues pese a las restricciones por el Covid-19 siguieron trabajando, cumpliendo con los deberes de la Corona y buscaron maneras de ayudar al Reino Unido, algo que ha aumentado su popularidad y el orgullo que la Reina Isabel II siente hacia ellos y su labor, por lo que ha decidido entregarles las llaves de una muy conocida vivienda real.
Como se sabe, desde que se levantaron las medidas de sanidad para prevenir contagios en Londres, la monarca de 94 años al igual que el Príncipe Carlos, Camila Parker Bowles y el Príncipe Felipe de Edimburgo, tuvieron que entrar a una estricta cuarentena, pues por su edad se encontraban en el rango de mayor riesgo de contagios y de complicaciones mortales.
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Ante esto, los duques de Cambridge tomaron las riendas de todo y desde su hogar de verano, Anmer Hall, continuaron cumpliendo labores a través de videollamas, estando al pendientes del progreso con la creación de la vacuna, buscando la manera de ayudar a la población más vulnerable y de escasos recursos, además de cuidar de sus tres hijos, el Príncipe George, Príncipe Louis y la Princesa Charlotte, y ayudarles con sus trabajos de la escuela.
Incluso una vez que pasaron un par de meses en el encierro total, William y Kate comenzaron a cumplir con sus deberes como miembros senior de la realeza británica de manera presencial, sorprendiendo a varios trabajadores públicos, como oficiales, bomberos o en los servicios de salud con sus visitas, para felicitar el que día con día se arriesguen para que todo siga marchando lo más normal posible.
Es por ello que ahora que nuevamente se han tenido que recluir por el rebrote en los casos y la nueva cepa que se detectó del coronavirus en dicha nación, Isabel II ha decidido darles a la pareja las llaves de su hogar en Sandringham, para que desde ahí puedan seguir con sus labores de manera virtual sin preocuparse de interrumpir a los pequeños con sus reuniones y tareas escolares, o de ser interrumpidos por ellos, algo que jamás había hecho.
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Cabe recordar que Sandringham es el hogar más especial e importante para la monarca, pues desde hace 30 años tiene la tradición de pasar sus descansos invernales, que comienzan un par de días antes de Navidad y terminan a inicios de febrero, debido a que fue el hogar de su madre, la Reina Isabel I, por muchos años y en el que su padre, el Rey Jorge VI, pasó los últimos días luchando contra el cáncer de pulmón que padecía.