Ciudad de Guatemala.- Tras un largo y doloroso proceso de identificación y sin total certeza de qué fue lo que ocurrió, este viernes 12 de marzo los cuerpos sin vida de 16 migrantes guatemaltecos asesinados en Tamaulipas, México, fueron entregados a sus familias en su país.
Los migrantes se extraviaron en enero de 2021 y el día 22 de ese mismo mes se confirmó la sospecha de asesinato. Desde entonces, las familias han tenido que esperar para que los cuerpos de los 16 guatemaltecos sean devueltos a su patria y puedan darles sepultura.
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El Estado mexicano cubrió los gastos del traslado, mientras que el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala se encargará de hacer llegar los cuerpos hasta sus comunidades. Asimismo, el gobierno guatemalteco ha declarado tres días de luto nacional.
Con el corazón destrozado, fotografías y flores; los familiares acogieron los ataúdes cubiertos por la bandera de Guatemala y recibieron las condolencias del presidente Alejandro Giammattei y se hicieron homenajes para luego iniciar los velorios.
Al homenaje asistieron, además del presidente, diputados y funcionarios. Los familiares y cientos de vecinos presentes mostraron su dolor y exigieron justicia para esclarecer los casos.
Los migrantes salieron de Guatemala con la esperanza de llegar a Estados Unidos y vivir mejor; pero en lugar de eso, les arrebataron la vida de una trágica manera en la comunidad de Camargo, Tamaulipas, antes de cruzar la frontera que divide a México y EU. Fueron encontrados en un vehículo quemado, y la fiscalía obtuvo la identidad de los cuerpos por muestras de ADN.
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Además de tristeza y desamparo, las familias de las víctimas también contrajeron deudas por haber pagado a los 'coyotes' que ayudarían a los migrantes a cruzar las fronteras.
El presidente del país centroamericano declaró que existen informes de cinco sobrevivientes al ataque y se encontrarían protegidos en Estados Unidos. Por otro lado, en México se investiga a 12 agentes relacionados con el suceso; obtuvieron cargos por homicidio, abuso de autoridad y falso testimonio.
Fuente: El Universal